Desde que se anunció al nuevo Gobierno, los trabajadores de las empresas en el país consideran que la mejor opción es quedarse en donde ya tienen una historia profesional. En ese sentido, se observa una caída de 30% en las postulaciones a cargos de ejecutivos de primera y segunda línea.
Así lo indicó el CEO y fundador del Grupo DNA, Murilo Arruda, quien sostuvo que en el reclutamiento se priorizan perfiles para enfrentar crisis extremas, con capacidad para manejar la caja e inversiones.
El temor de las empresas se traslada también a los contratos. “Hoy se firma por prestación de servicios o plazo fijo. Los acuerdos a largo plazo solo se consiguen si el perfil ingresa a reemplazar a otra persona”, señala.
Remuneración
De acuerdo con la guía salarial Show Me The Money, elaborada por el Grupo DNA, los sueldos de los puestos de primera línea en el Perú cayeron entre 10% y 15% a nivel anual durante la pandemia. En tanto, los de los perfiles de entrada se redujeron hasta en 18%.
“Estos últimos fueron los más afectados porque muchas compañías decidieron eliminar posiciones de las que pueden prescindir. Ahí retomar los sueldos será más lento”, sostiene Arruda.
El único sector donde se ve un aumento en la remuneración es en el de tecnologías de la información (TI), dijo.
Señala que -a diferencia de otros países-, la situación de los salarios en el Perú se ralentiza por la inestabilidad e incertidumbre política.
Bonos
La guía salarial de Show Me The Money reveló que solo un 20% de compañías entregó bonos en 2020, pues no llegaron a sus metas por pandemia. Sin embargo, esta situación ya muestra mejoras en la medida que el mercado se recupera.
Y es que el pago de bonos ahora es también una estrategia para retener al talento, sobre todo cuando hay reducción en el salario. “Se paga como mínimo una vez al año y, dependiendo de la política de la empresa, pueden recibirlo desde los puestos de entrada hasta el CEO”, dijo.
Modalidad de trabajo
El CEO del Grupo DNA, Murilo Arruda, refiere que a medida que cae la cifra de contagios por el covid-19, las empresas empiezan a pedir a su personal que retorne a las oficinas. Pero dejar atrás el home office genera dilemas entre el contratista y el empleado; muchas veces incluso termina en despido o renuncia. “No querer ir a la oficina responde a un tema sanitario; pero también a que el colaborador encontró una oportunidad para ahorrar tiempo en movilidad”, dice.
Sin embargo, las compañías tienen dudas sobre el rendimiento del profesional desde casa, aun cuando ya se emplea el control digital. “Es por ello que ahora el 68% de empresas peruanas aplica un modelo de trabajo híbrido. Lo más adoptado es el “3x2” (tres días en la oficina y dos en casa)”, anota.