Si bien algunas zonas del país aun están afectadas por la sequía y la mayor parte de los reservorios tienen menos de la mitad del agua que requieren las ciudades costeras, los pronósticos del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) hacen prever mejores condiciones climáticas para el verano entrante.
Un nuevo reporte del Enfen cambió su estado del sistema de alerta para el fenómeno La Niña, que mantenía activo en los últimos meses, a no activo, previendo que la temperatura superficial del mar alcanzará un rango neutral que mantendrá hasta inicio del otoño del 2023 (ver gráfico).
Cabe señalar que esa anomalía climática, que propicia temperaturas del mar y el aire por debajo de lo normal, es responsable de la ocurrencia de déficit de lluvias en las zonas altoandinas del Perú.
¿Cuál es el pronóstico para el mediano plazo?
Según el pronóstico climático del Enfen, para el trimestre enero-marzo 2023, se esperan lluvias sobre lo normal en la sierra central, nororiental y suroccidental, así como en el norte y centro de la selva peruana.
En el resto del país, prevé que las condiciones climáticas serían normales, aunque no se descartan posibles eventos localizados de lluvias de moderada a fuerte intensidad y de corta duración en la costa norte. Asimismo, se espera que las temperaturas extremas a lo largo de la costa se presenten con valores dentro de lo normal.
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En esa línea, Abraham Levi, director de Ambiental Andina, observó que, en efecto, en el Océano Pacífico el Fenómeno de La Niña ha ingresado a una fase de disipación, y han desaparecido sus efectos de enfriamiento de la temperatura del ambiente en la costa peruana por debajo de lo normal, y que llevaron a que el 2022 fuera el año más frío del siglo.
Por otro lado, anotó, el ciclo de lluvias en la sierra ya se ha iniciado en este mes, debido a que se ha constituido un esquema de circulación del aire en la atmósfera, que favorece el ingreso del aire húmedo hacia la sierra y la selva. La consecuencia de ello -resumió- es que ya están ocurriendo precipitaciones en las zonas antes mencionadas.
Reservorios aún seguirían bajos
Sin embargo, Levi indicó que las condiciones de humedad que propician estas precipitaciones pluviales irán avanzando en forma progresiva en las siguientes semanas y aún meses, por lo cual, según dio a entender, los niveles de ocupación de los reservorios que alimentan a la costa por lo pronto aún seguirán bajos.
Según el reporte actualizado del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), de los 16 grandes reservorios ubicados en la zona altoandina, apenas 6 tienen volúmenes de agua por encima del 50%, en tanto otros diez tienen niveles inferiores a la mitad.
En los reservorios del norte, como Poechos y San Lorenzo, en Piura, los niveles de ocupación se encuentran entre el 19.9% y el 16.5%, respectivamente, mientras el de Gallito Ciego (Cajamarca) estaba al 38.77%, el de Condoroma (Arequipa), al 26%, y el Pañe y Los Españoles, al 43% y 46.2% respectivamente.
En el caso del Sistema de Lagunas, ubicado en las alturas en el límite entre los departamentos Lima y Junín, que alimenta de agua a Sedapal, el nivel del agua almacenada es del 27.94%, es decir, mostraba el mismo déficit de semanas atrás.
Cabe destacar que Sedapal reportó a inicios de este mes el nivel más bajo de almacenamiento de agua en seis años en sus instalaciones, y señaló que si no hay un consumo racional de ese recurso se puede poner en riesgo la continuidad del servicio, debido al déficit de lluvias.
Levi explicó que los reservorios siguen un ciclo de llenado en función a las lluvias, que abarca todo el verano, que suele llegar hasta el otoño (para que se llenen).
“Habrá que ver cómo se comportan las lluvias en cada cuenca, y para el caso de Lima, cómo vienen las precipitaciones en la cuenca del Mantaro y Lima, (pero). Será difícil llenar por completo las reservas de agua para la capital”, anotó.
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Añadió que, si tenemos un buen año de lluvias, podríamos sortear la temporada seca.
Efecto en el sector eléctrico
Abraham Levi además indicó que, si bien están empezando a apreciarse las lluvias, los caudales de los ríos que alimentan a nuestras principales centrales hidroeléctricas todavía no han alcanzado los volúmenes suficientes como para que aumenten su producción de electricidad.
“Las hidroeléctricas todavía no han alcanzado (un nivel de generación) como para que bajen los costos marginales de electricidad, que se mantienen altos, habida cuenta que hay que usar maquinas diésel para producir energía como consecuencia de la falta de agua”, puntualizó.