Es adecuado que las entidades financieras ajusten las condiciones para otorgar créditos, ante el mayor riesgo que implican la recesión y la proximidad de El Niño, afirma Socorro Heysen. Pese a estimar mayor morosidad en el sistema financiero, asegura que está bien preparado para afrontar el impacto de la distorsión climática. No oculta sus discrepancias con algunos aspectos de la reforma del sistema de pensiones planteada por el Ejecutivo, y adelanta propuestas para bajar costos a los afiliados de AFP.
En el país hay recesión y se tiene temor de lo que vendrá con el Fenómeno de El NIño. En ese marco, ¿cuál es el estado del sistema financiero?
El sistema financiero está fuerte, estable y tiene un nivel de capitalización de 16.3%, por encima del mínimo regulatorio requerido, hoy en 9% aunque irá subiendo a 10%. Está bien provisionado, pero sí ha venido sufriendo algunos impactos por la recesión y otros factores macroeconómicos experimentados en el último año. Entonces se nota un aumento de la morosidad y que las utilidades de este año son menores que las de años anteriores. Pero el sistema en general está muy bien preparado para enfrentar este fenómeno. Hace poco Enfen hizo una actualización, con la que por primera vez el Niño severo supera en probabilidad de ocurrencia (49%) a la de uno moderado (47%). Cuanto mejor sea la preparación de las personas y Gobierno, menor será el impacto en el PBI y en la calidad de cartera del sistema financiero. Pero da la sensación de que la preparación no viene al ritmo que debería.
¿Por parte de quién?
De todos. Las personas, gobiernos regionales. Hay necesidad de trabajar en prevención en zonas de alto riesgo y tendríamos que haber trabajado más rápido. Pero el sistema financiero ha venido preparándose para estas situaciones. Ha habido un aumento de la morosidad y cuanto mayor sea el impacto sobre el PBI mayor será el impacto sobre la mora y utilidades. En nuestros cálculos, en las pruebas de estrés que realizamos, vemos que la capitalización bajaría de 16.3% a alrededor de 15% con El Niño. Afectaría de manera diferenciada a distintas entidades financieras, a unas más que a otras. Por eso coordinamos con el Ministerio de Economía (MEF) la aprobación de dos decretos de urgencia, similares a los que aprobamos en pandemia. Son de contingencia en caso sean necesarios. En este momento ninguna entidad financiera lo necesita. Si hay un Niño severo, puede que alguna se acoja.
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¿Son como salvavidas que se están implementando?
Promovimos con el MEF el DU-013, que es un programa de apoyo a la capitalización de cajas municipales y microfinancieras privadas en caso de emergencia. Si la mora subiera demasiado rápido por el Niño severo, la entidad necesita capitalizarse de manera rápida. Con este mecanismo hacemos una especie de puente. Se apoya la capitalización a las entidades que lo necesiten y estas, en el tiempo, una vez pasada la recesión y El Niño, con sus utilidades futuras repagan al Estado ese crédito.
¿Está descartado el riesgo de cierres y quiebras?
Esto mitiga el riesgo de quiebra de esas entidades ante una situación como la de El Niño. Las entidades están sólidas, unas más que otras. Y hay algunas entidades que tienen colchones de provisiones y utilidades mayores que les permiten enfrentar un shock más fuerte que otras. También, ante algún eventual cierre, tenemos el Fondo de Seguro de Depósitos. En este momento no prevemos ningún cierre de ninguna entidad. Cómo viene la cosa el próximo año; esa es otra cosa.
¿Cómo reaccionarían los otros indicadores del sistema, como morosidad, refinanciación o liquidez?
Hacemos trabajos de pruebas de estrés, que son muy desagregados y diferencian por tipo de crédito, zona geográfica y zonas más expuestas a El Niño. Definitivamente sería de un punto porcentual el (incremento) deterioro en la mora (hoy en 4.5%).
Morosidad
Pero con la recesión y el impacto de El Niño Costero, que se inició en otoño, ¿habrá un impacto adicional en la mora en este último tramo del año?
Eso es de esperar. Pero el sistema está preparado para enfrentar ese tipo de impactos. Está muy líquido, tiene colchones de provisiones y utilidades. No estamos muy preocupados por eso. Sentimos que tenemos las adecuadas defensas y que el sistema financiero puede enfrentarlo.
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¿Pueden acentuarse las restricciones al financiamiento en estos meses, o hasta cuando se prolongue ese fenómeno?
Lo prudente es que el crédito crezca poco en estos meses, y eso es lo que va a pasar. Eso dependerá de cada situación. Las entidades financieras analizan caso por caso. Puede haber sectores, empresas o personas que muestren capacidad de pago. Pero, en términos agregados, no esperamos un crecimiento del crédito fuerte, y hay además un efecto residual del periodo de repago de los créditos de Reactiva Perú.
¿Qué tan prolongado puede ser el impacto de la recesión?
Todos queremos que el PBI se reactive y que la recesión pare, porque la recesión prolongada es mala para todos; para la economía de las personas, de las empresas y del país, y también para el sistema financiero, pues crece menos y genera menos utilidades, y, por tanto, menos oportunidades de crecer a futuro.
Sí, porque en ese contexto, las familias y empresas no piden créditos, y todo se va enfriando.
Hemos vivido un periodo muy largo de un círculo virtuoso durante casi todos los primeros 20 años de este siglo, y ahora estamos en un círculo vicioso. Eso hay que romperlo, generando condiciones para la inversión privada, con estabilidad política, regulatoria, sabiendo que no van a cambiar las reglas de juego a cada momento. El Niño es algo negativo para el país, pero tenemos que pensar en que para que haya crecimiento e inversión tenemos que dar condiciones de estabilidad regulatoria, para que las empresas tengan predictibilidad.
¿Y no se está dando eso?
Hay anuncios y proyectos de ley que pueden generar cierta inestabilidad regulatoria. En el Congreso anterior hubo muchas leyes que se aprobaron, negativas para la economía. Esperamos que en este Congreso no suceda lo mismo. Hay muchos proyectos de ley muy parecidos a los aprobados en el Congreso anterior. Pero no ha habido aprobación de esos proyectos de ley en este periodo congresal y esperamos que no se produzcan.
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Proyectos nocivos para el sistema financiero
Fitch dice que uno de los principales problemas del país es de índole política, de gobernanza, que socava la inversión y el crecimiento futuro. ¿Es el gran problema estructural que tenemos?
Sí. Es algo que nos está afectando. También tenemos una arquitectura de sobrerregulación en muchos aspectos, que ya está aprobada y que ya cargamos, incluso para entidades públicas. Son una carga que hace muy difícil los procesos de contratación.
En lo que atañe al sistema financiero, ¿cuáles son los proyectos ya aprobados más nocivos?
En el Congreso anterior se aprobó la llamada Ley de la Usura, que introdujo los topes a tasas de interés. Es una mala ley. Nunca debió aprobarse.
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Se exigiría mayores requisitos de ingresos a los que solicitan préstamos
Las entidades financieras, en previsión al deterioro de la mora y a la recesión que afronta el país, están siendo mucho más cautas con la gestión de los nuevos créditos, refiere la superintendenta de la SBS, Socorro Heysen.
Una encuesta reciente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) a los mismos bancos, muestra que estos endurecerán aún más las condiciones crediticias.
En torno a estas exigencias, Heysen menciona que, por ejemplo, puede haber mayores requisitos de ingresos a los solicitantes de préstamos, y para demostración de ingresos o de capacidad de pago para acceder a un crédito. “También puede haber mayores garantías”, agrega.
Sin embargó, señala que tal proceder es lo prudente y deseable en el sistema financiero, desde el punto de vista de su sostenibilidad y de la economía, “porque la reactivación no se consigue con crédito”.
“El crédito es una respuesta a la reactivación. Cuando hay crecimiento económico, demanda e inversión, entonces hay crédito. Pero cuando no hay demanda, no hay inversión, darle crédito a alguien que va a tener poca capacidad de pago es una mala decisión. Es un contexto en el que todos tenemos que ser prudentes con el crédito”, enfatiza.
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