Imponer requisitos de capital individuales a los bancos, en lugar de demandas a todo el sector, es la mejor manera de garantizar que el sector se hunda bajo el peso de los desafíos que plantea el cambio climático, según investigadores de la organización que ayuda a establecer normas bancarias globales.
En un documento de trabajo, expertos del Banco de Pagos Internacionales (BPI) afirman que las normas que regulan el capital que deben tener los bancos para absorber pérdidas deben ajustarse para incluir el riesgo climático. Pero los expertos del BPI rechazaron, al menos por ahora, agregar un colchón de capital a los requisitos del sector, conocidos como Pilar 1.
Las recomendaciones surgen en un momento en el que los reguladores y los banqueros debaten sobre la mejor manera de encarar el riesgo climático dentro de un marco que no fue construido para abordar el grado de incertidumbre que presenta un planeta más caliente. Hasta ahora, las normas de capital se han basado en datos históricos y, por lo general, con una perspectiva de un año, que es un modelo potencialmente inadecuado para el caos que podría desatar el calentamiento global.
“Teniendo en cuenta los horizontes temporales más largos y el alto grado de incertidumbre sobre cómo y cuándo se materializarán los riesgos financieros relacionados con el clima, los instrumentos estándar del Pilar 1, como los requisitos de capital, podrían no ser óptimos para hacer frente a estos riesgos, al menos en esta etapa”, señalan los investigadores del BPI.
Las recomendaciones llegan en un momento en que el Banco Central Europeo (BCE) está evaluando cómo enfocar la cuestión del capital bancario al embarcarse en su primera prueba de resistencia climática. El BCE ha dicho que los resultados se incorporarán a la revisión de este año de los riesgos a los que se enfrenta cada banco.
El ejercicio del BCE podría afectar indirectamente los requisitos de capital que los reguladores establezcan para los distintos bancos a partir del próximo año, según Monsur Hussain, analista de Fitch Ratings.
La regulación bancaria se basa en tres pilares: el primero son los requisitos mínimos de todo el sector; el segundo es un requisito individual establecido por las autoridades nacionales; y el tercero es la divulgación pública de información, diseñada para ejercer la presión del mercado.
Rodrigo Coelho y Fernando Restoy, investigadores del Instituto de Estabilidad Financiera del BPI, afirman en su documento que la flexibilidad de que disponen los supervisores en el marco del Pilar 2 lo convierten en “el candidato natural” para garantizar que los bancos gestionen sus riesgos y tengan “suficiente capacidad de absorción de pérdidas”.
La atención de los bancos al riesgo climático varía ampliamente, según una encuesta del BCE realizada en noviembre. La mayoría de los bancos que hicieron una “evaluación adecuada” esperan que el cambio climático tenga un impacto significativo. Los que hicieron el peor trabajo de revisión de sus riesgos concluyeron que enfrentaban pocos efectos.
Pero las medidas generales, como el aumento de los requisitos del Pilar 1 o la imposición de un colchón específico para el clima, no son soluciones ideales porque están diseñadas para ser a corto plazo, según los investigadores del BPI. Ampliar el horizonte temporal de los requisitos del Pilar 1 requeriría cálculos que son “cada vez más complejos e inciertos a medida que se alarga el periodo de referencia”.
Los investigadores también dijeron que los supervisores nacionales deberían recibir directrices para garantizar que los bancos no obtengan un trato diferente en las distintas jurisdicciones, para evitar “distorsiones de la competencia”.
El documento de trabajo llega en un momento en que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que establece las normas mundiales para el sector financiero, estudia cómo orientar a las autoridades nacionales. En respuesta a una consulta de Basilea de noviembre, la Federación Bancaria Europea dijo que es “demasiado pronto” para hablar del capital en el contexto del riesgo climático.
Los investigadores también recomendaron que no se reduzcan los requisitos de capital para los préstamos para proyectos ecológicos, ya que no hay pruebas de que estos tengan menos probabilidades de generar pérdidas. Es probable que las sanciones de capital por prestar a los contaminadores sean “ineficaces”.