Atenas, Grecia (AP).- Tres encuestas de opinión realizadas durante el referéndum en Grecia, que podría afectar el futuro del país en la zona euro, indicaron que el "no" va a ganar, con lo que los votantes habrían rechazado las propuestas de reforma hechas por los acreedores.
El primer ministro Alexis Tsipras instó a los votantes a votar por el "no". Sin embargo, partidos de oposición y muchos funcionarios europeos habían advertido que un "no" podría poner en peligro la posición de Grecia en la zona común europea.
También lea: ¿Sí o no? Grecia vota en un crucial referéndum
La votación se llevó a cabo en medio de restricciones bancarias impuestas el lunes pasado, que ha hecho que los griegos formen colas en los cajeros automáticos de todo el país para retirar un máximo de 60 euros (66 dólares) por día. Los bancos estuvieron cerrados durante toda la semana y no se sabe cuándo van a abrir de nuevo.
El primer ministro español, Mariano Rajoy, dijo el domingo que cualquiera que sea el resultado en Grecia, el futuro del país será difícil.
Rajoy dijo que la eurozona tiene reglas y reglamentos "para asegurar su propia supervivencia".
Comentó que Europa siempre ha mostrado su solidaridad con Grecia, pero que el euro no puede ser un club "a la carta" en el que un gobierno tome decisiones unilateralmente.
Rajoy agregó que Grecia necesita crecer y crear empleos y que para ello es necesario que cuente con políticas en ese sentido. "La demagogia siempre termina estrellándose con la realidad", agregó.
Incluso si los votantes griegos definen claramente si apoyan el "sí" o el "no" en el referéndum sobre su rescate, ningún resultado dará una respuesta clara de lo que Grecia deberá hacer con sus finanzas asoladas.
Un apoyo al "sí" probablemente derive en un gobierno de unidad nacional y una convocatoria a nuevas elecciones, pero eso tomaría tiempo, y sin asistencia financiera fresca, aumentarían las posibilidades de un caótico incumplimiento total de pagos.
En vista de que Grecia ya no está amparada por un programa de rescate, deberá negociar uno nuevo con los acreedores, lo que implica aún más dinero para su gobierno y sus bancos agobiados por las deudas y nuevas medidas de austeridad económica. Eso significa que permanecerán las restricciones a los retiros de dinero y transferencias bancarias, incluso más de lo previsto.
Aunque el gobierno griego ha afirmado que un "no" no significa que Grecia dejará de utilizar el euro como moneda común, la mayoría de los expertos coinciden en que produciría más resultados financieros inciertos.
Varios políticos europeos, entre ellos Jeroen Dijsselbloem, el máximo funcionario de la zona euro, han dicho que un "no" pondría en peligro el lugar de Grecia en la zona euro de 19 naciones.
Cuando faltaban cuatro horas para que concluya el referéndum, los griegos mostraban una participación sólida al votar sobre su futuro financiero.
El canal de la televisión privada Mega dijo que participación ha sido notablemente alta, de 35%, y que se vieron filas en los colegios electorales en Atenas. La participación debe superar el 40% para que el referéndum sea válido.
El voto es obligatorio en Grecia, pero esa ley no se ha aplicado en los últimos años.
En el primer referéndum del país desde 1974, 9.8 millones de votantes votaban el domingo sobre si aceptarán las demandas de los acreedores internacionales para adoptar más medidas de austeridad a cambio de préstamos de rescate.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania opinó que si los griegos votan por el "no" en el referéndum, rechazando más medidas de austeridad, Grecia no hará más fáciles sus compromisos futuros con los acreedores del país, sino "lo contrario".
Sin embargo, el ministro Frank-Walter Steinmeier dijo que griegos tienen derecho a votar sobre el futuro de su país y que Grecia seguirá siendo miembro de la Unión Europea de 28 países, incluso si en el referéndum Grecia rechaza las medidas de austeridad que exigen los acreedores internacionales.
Steinmeier dijo el domingo al diario Tagesspiegel am Sonntag de Berlín que la grave situación financiera de Grecia, el problema no resuelto de cómo lidiar con decenas de miles de inmigrantes que cruzan el Mediterráneo y las demandas británicas para que la UE haga reformas están minando las bases de la UE.
El ministro advirtió que si Grecia abandona el euro, la moneda utilizada por 19 naciones, dañaría la credibilidad de Europa en el mundo.
Las encuestas de opinión de esta semana han mostrado una brecha generacional en el referéndum griego, con el voto del "no" en contra de más medidas de austeridad siendo mucho más popular entre los votantes más jóvenes que los mayores.
La maestra jubilada Themis Hatziyannaki, de 84 años, votó "sí" el domingo en una escuela secundaria de Atenas. Dijo que ella quiere seguir disfrutando de los privilegios de su ciudadanía griega y europea.
Sin embargo, dijo que también entiende que muchos jóvenes prefieran votar por el "no", molestos con los acreedores de Grecia. La tasa de desempleo en Grecia para los jóvenes menores de 25 años es de 51,9%.
Hatziyannaki dijo: "Yo los entiendo, porque cuando yo era joven era una rebelde". No obstante, agregó que los jóvenes también tienen que considerar qué es lo mejor para el futuro de Grecia y recordar lo que las generaciones previas han soportado.
El ministro de Finanzas de Grecia dijo que el referéndum da a los griegos la oportunidad de decidir sobre el "ultimátum" de la austeridad que según él les entregaron otros países de la zona euro de 19 naciones.
Yianis Varoufakis agregó que las "fallas masivas" de la eurozona llevaron a que se hicieran demandas por más medidas de austeridad para los griegos. Dijo que la votación del domingo "da esperanzas a Europa de que una moneda común y la democracia pueden coexistir".
Varoufakis habló mientras votaba junto con su padre de 90 años de edad en un suburbio de Atenas.
Este es el primer referéndum griego desde 1974, cuando los griegos votaron a favor de abolir la monarquía.
El referéndum griego no pregunta directamente si Grecia debe abandonar el euro o salir de la Unión Europea de 28 países, pero muchos votantes creen que estas cuestiones están en juego en la votación.
Sondeos publicados el viernes mostraban a mostraban a los dos bandos en un ajustado empate en la cuestión de si aceptar las medidas de austeridad reclamadas por sus acreedores o rechazar el acuerdo. También mostraban que una abrumadora mayoría de la gente —en torno al 75%— quiere que Grecia siga en la moneda única.
Ésta es la compleja pregunta a la que los griegos se enfrentaban el domingo, y a la que debían responder sí o no: "¿Debe aceptarse el plan de acuerdo enviado el 25 de junio de 2015 por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional al Eurogrupo, que contiene dos partes que abarcan su propuesta conjunta? El primer documento se titula 'reformas para la terminación del programa actual y más allá', y el segundo 'Análisis preliminar de sostenibilidad de deuda'''.
El referendo sobre la austeridad en Grecia envía el mensaje de que los griegos creen en la idea de una Europa única, pero quieren vivir "con dignidad", afirmó el primer ministro griego.
El primer ministro, Alexis Tsipras, dijo tras votar a favor del "no" el domingo que los comicios muestran el derecho de los griegos a decidir sobre su futuro. Aunque muchos ciudadanos podrían inclinarse por una opción distinta a la del gobierno, dijo, "nadie puede ignorar la voluntad del pueblo de tomar su vida en sus propias manos".
El referéndum "derrota al miedo y a los ultimátum", afirmó.
Tsipras quiere que gane el "no", lo que cree reforzará su poder de negociación para buscar un acuerdo mejor con acreedores para conseguir préstamos que eviten una suspensión de pagos y un colapso bancario.
¿Qué ayudará más a Grecia, votar "sí" o "no" a más medidas de austeridad reclamadas por sus acreedores?
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, cree que un "no" le dará más capacidad de negociar un acuerdo mejor.
Pero los partidarios del "sí", entre los que están varios ex primeros ministros y el principal partido de la oposición, creen que respaldar a su gobierno pondrá en peligro el lugar de Grecia en el club de 19 países que utilizan la moneda única. En cambio, afirman que votar "sí" permitirá a Grecia conseguir rápido un nuevo acuerdo que refuerce su renqueante economía.
"Votamos 'sí' a Grecia. Votamos 'sí' a Europa", dijo el domingo el líder de la oposición conservadora, Antonis Samaras, cuando acudió a votar.
El referéndum griego sobre si se aceptan o no las condiciones al rescate impuestas por los acreedores del país ha abierto profundas divisiones, incluso dentro de las familias.
Dimitris Danikoglous dice que votará "sí" porque teme que Grecia corra peligro si sale de la Unión Europea. Su hija Alexandra votará "no" porque está harta que de países europeos más ricos den órdenes a Grecia.
El hijo de Danikoglous, Nikolas, está de su parte, y cree que esta Grecia polarizada podría estar al borde de una guerra civil. Su esposa Dimitra desconfía de las dos campañas y no tiene previsto votar en el crucial referéndum del domingo.
En su apartamento del barrio trabajador de Tavros, en Atenas, la familia discute sobre cafés helados y zumo de frutas. Aun así, están de acuerdo en su creencia de que sólo como una familia sólida pueden capear la tormenta que se acerca.
Las urnas abren en toda Grecia, en un referendo convocado a toda prisa sobre si el país de la Unión Europea aceptará las duras condiciones de sus acreedores para préstamos que necesita para evitar la suspensión de pagos y un colapso bancario.
Una victoria del "no" podría llevar a una caótica salida del euro. Tampoco el "sí" es una garantía de que los acreedores acepten prestar los miles de millones de euros necesarios para volver a poner el país en marcha.
El primer ministro, Alexis Tsipras, cuenta con que los griegos ofrezcan un sonoro "no" en los comicios, que cree le dará más fuerza de negociación en sus conversaciones con los acreedores —la UE y el Fondo Monetario Internacional— para lograr un acuerdo de rescate más suave.
Los defensores del "sí", entre los que está el principal partido de oposición, dicen que el gobierno pondrá en peligro el lugar de Grecia en la eurozona de 19 países. Por el contrario, afirman, el "sí" permitiría a Grecia conseguir deprisa un nuevo acuerdo de rescate para afianzar la economía.