Las debilidades y deficiencias del sector salud se hicieron más evidentes durante la pandemia. Pero estos problemas ya se venían arrastrando desde los años previos.
Claro reflejo de ello es la evolución del gasto de bolsillo en salud que anualmente realizan los peruanos, que alcanzó los S/ 11,296 millones en el 2019, según la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid).
“Y en estos dos años de pandemia el gasto de bolsillo ha subido más”, señaló a Gestión Hernán Ramos, gerente de la Asociación de Clínicas Particulares del Perú (ACP).
Se trata de gastos en salud que no son cubiertos por los seguros y que las personas tienen que asumir pese a tener esa protección, explicó. “Lo ideal es que ese gasto de bolsillo sea cero”, añadió.
Gasto de bolsillo
El estudio de Digemid define el gasto de bolsillo en salud como la suma de todo gasto realizado en consultas, medicamentos, hospitalizaciones, cirugías, análisis, rayos X y tomografía, servicio dental, oftalmológico, compra de lentes, vacunas, control por embarazo y atención de parto, entre otros.
El 37.2% del total del gasto de bolsillo corresponde a afiliados a Essalud y el 25.7% al Seguro Integral de Salud (SIS).
Es decir, el 62.9% de dicho gasto proviene de asegurados del sector público, precisó Ramos.
En estos casos, los afiliados a Essalud o al SIS al no encontrar un medicamento o no poder atenderse prontamente deciden gastar de su bolsillo para comprar en farmacias o para tratarse en una clínica privada, explicó.
En algunos establecimientos de salud públicos los pacientes tienen que esperar mucho tiempo para una cirugía o incluso para una cita porque no hay cupo o los equipos están malogrados, y así recurren a la atención privada.
Educación superior
Pero también los afiliados a seguros de salud privados realizaron gastos adicionales equivalentes al 7.5% del total, mientras que a los que no cuentan con ningún tipo de seguro de salud corresponde el 24.2%.
En general, el mayor gasto de bolsillo en salud lo realizan las personas con educación superior (el 40.4%), según Digemid.
Ramos estimó que los principales consumidores de servicios privados de salud son las personas con mejor nivel de ingreso.
Además, la compra de medicamentos fue el principal gasto (39.5%), seguido por servicio dental (16.1%) y hospitalización y/o intervención quirúrgica (7.5%).
El representante de clínicas sostuvo que los desafíos más importantes en el sistema de salud están en el lado público.
Soluciones equivocadas
El 98.2% de la población asegurada está afiliada al sector público (el 69.1% al SIS y 29.1% a Essalud), pese a lo cual el 70% de los establecimientos de primer nivel y el 50% de los hospitales estatales no tienen la suficiencia para brindar todos los servicios que deberían, afirmó.
Ante la falta de financiamiento y un inadecuado marco para las contrataciones y adquisiciones en el sector de salud público se está optando por soluciones equivocadas, opinó.
Se quiere confiscar bienes y equipos al sector privado, y que Susalud controle tarifas del mismo por debajo del costo de producción y que tenga facultades coercitivas, advirtió.
Control de precios
Así, refirió que la congresista Digna Calle presentó en el Congreso un proyecto de ley que propone incluir a Susalud como un organismo regulador solo de la actividad privada en materia de salud y adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Esta propuesta, por un lado, debilitaría la posición rectora del Ministerio de Salud, pero, por otro, llevaría a que sea el Estado el que decida qué empresas privadas atenderían en salud, consideró Ramos.
Además, significaría un control de precios (tarifas) a clínicas, centros médicos, prepagas, entre otras, por parte de Susalud, lo que ocasionaría una reducción del mercado, pues algunas empresas cerrarán o pasarán a ser informales, dijo.
Piden regular laboratorios y centros de radiografías
Uno de los grandes problemas que tiene hoy el sector salud es la informalidad. Es decir, un número de prestadores de servicios de salud que atiende por debajo de los estándares permitidos, lo que es peligroso, dijo Hernán Ramos, gerente de la Asociación de Clínicas Particulares del Perú (ACP).
Personas de los segmentos socioeconómicos D y E son las que suelen recurrir a servicios privados informales, indicó.
En Perú, hay unas 24,000 instituciones prestadoras de servicios de salud (Ipress), de las que alrededor de 13,000 son privadas y el resto públicas.
El gremio aseguró que apoya las mejoras en la regulación del sector.
Ramos sugirió regular laboratorios, centros de radiografía, ecografía y tomografías, para garantizar estándares de seguridad y calidad. “Estamos pidiendo al ministro que nos reciba y que se forme una comisión para la revisión y la mejora de la regulación”, dijo.