Un cajero atiende a un cliente con una careta protectora en una tienda de Estados Unidos. (KAMIL KRZACZYNSKI / AFP).
Un cajero atiende a un cliente con una careta protectora en una tienda de Estados Unidos. (KAMIL KRZACZYNSKI / AFP).

Ante el avance del covid-19, muchos gobiernos aplicaron en sus economías el equivalente de un coma inducido. Para que volviesen rápidamente a la situación previa, se necesitaba preservar las conexiones entre trabajadores y empresas. Pero cada vez es más claro que no todo será igual cuando la enfermedad sea derrotada y es probable que habrá una sustancial reasignación de personas y recursos.

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