El ratio de morosidad, medido como el porcentaje de créditos atrasados respecto a los créditos directos, aumentó para el sistema financiero privado, según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Con data a julio del 2022, el indicador de calidad de cartera alcanzó el 4.1%, nivel mayor al 3.96% que se tuvo a diciembre del año pasado, y también por encima de sus registros a julio del 2021 (4%) y a julio del 2019 (3.54%).
Esto se reflejó, además, en las categorías de crédito para empresas y personas naturales, donde resalta el deterioro de la calidad de cartera de la mediana empresa.
En general, el deterioro de calidad de cartera de la mediana empresa representa un 41% del monto total de los créditos atrasados en el sistema financiero a julio del 2022, cuando antes (en el 2021 y 2019) era alrededor de 35%.
Por otro lado, solo los de pequeña empresa y créditos hipotecarios redujeron su ratio de mora respecto al cierre del año pasado, y mantienen niveles similares a los del 2019.
Análisis de la situación
Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores, señaló que la mayor morosidad se explica por un efecto rezagado de la pandemia. Aunque dicha etapa significó un golpe para la economía empresarial y familiar, tuvo un soporte a través de programas como Reactiva Perú, FAE-Mype, bonos del Gobierno entregados a personas naturales, reprogramaciones de créditos y retiros extraordinarios de los fondos de pensiones.
“Estamos en un momento en el que la economía está perdiendo la velocidad en su crecimiento. Asimismo, ahora sin esquemas de ayuda, ya empieza a notarse el efecto de la pandemia, lo que se refleja en el salto de la morosidad”, señaló.
En coincidencia, Sergio Urday, asociado de investigación económica de Prime Consultores, señaló que la principal explicación del aumento de la mora, sobre todo para el segmento de mediana empresa, es que se empiezan a sincerar los problemas en la solvencia de muchas firmas, incluso desde antes de la pandemia, que no fueron expuestos por las reprogramaciones y programas gubernamentales.
Reprogramaciones
Según datos de la SBS, la cartera mayorista (que incluye a la mediana empresa) es la que menos apoyo necesitó mediante reprogramaciones (inicialmente solo se reprogramó 21.8% de su cartera en junio del 2020). Sin embargo, es la que en mayor medida aún mantiene esta ayuda (8.3%, ratio más alto que mype, consumo e hipotecario).
“Si bien el segmento mayorista fue el que menos tuvo reprogramaciones, es la categoría que menos ha soltado esa ayuda. Las empresas medianas o grandes, a diferencia de las mypes, no tienen esa flexibilidad ante las crisis, y muchas no han podido recuperar sus flujos hasta el día de hoy. Todo ello se refleja ahora en la mora”, dijo Urday.
El también exjefe de Estudio Económicos de la Asociación de Bancos (Asbanc) destacó, en relación a lo anterior, que hay empresas que debieron salir del mercado, pero que no lo han hecho, situación que suma presiones al ratio de mora.
Con base en data del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), antes de la pandemia más de 30,000 empresas salían del mercado cada trimestre, mientras que en la primera parte del 2022 el nivel fue inferior a las 10,000.
“Es necesario un análisis cuidadoso y granular, pero tentativamente se concentrarían en sectores cuya recuperación ha sido más lenta, parte de ellas en la cartera mayorista. Es decir, hay empresas que se mantienen en el mercado, pero no deberían estarlo, y ello poco a poco impacta en la morosidad”, apuntó.
Odar mencionó que el marcado aumento en los niveles de mora de la mediana empresa podría estar relacionado también a la volatilidad cambiaria, la cual, si bien se redujo en la primera parte del año, estuvo por encima de cotizaciones de años anteriores.
Asimismo, comentó que la estabilidad en segmentos de tarjetas de crédito e hipotecarios está vinculada a que se prioriza pagar estas deudas por los altos intereses, y por el colateral (por ejemplo, pérdida del inmueble).
“El tipo de cambio ha venido con presiones al alza, y considerando que las medianas empresas tienen una menor exposición a instrumentos derivados de cobertura (por ejemplo un forward) en comparación con la gran empresa y segmento corporativo, la dolarización puede terminar en una mayor deuda y estar más propensos a caer en mora”, apuntó.
Si se ve por tipo de empresa en el sistema financiero, el ratio de morosidad (respecto al cierre del 2021) aumentó para el segmento de banca múltiple, empresas financieras, cajas municipales, cajas rurales y empresas de crédito.
En particular, las cajas rurales y municipales suben su ratio de mora en todos los créditos a empresas y familias; sin embargo, las municipales aún se encuentran estables respecto a sus niveles prepandemia.
“Por lo general, estas empresas (cajas municipales y rurales) tienen ratios de mora más altos, considerando sus perfiles de clientes con un riesgo de incumplimiento mayor. Hay una alta competencia entre las microfinancieras por los mejores clientes, sobre todo ahora en un entorno de inflación”, dijo Odar.
Seguirá tendencia al alza
El director de Phase Consultores espera que la tendencia sea al alza en el ratio de morosidad en lo que resta del año y el siguiente, debido a la desaceleración que se proyecta para la economía vinculada a un estancamiento -o incluso caída- de la inversión privada (factor clave en la creación de empleo y aumento de salarios) y un contexto externo menos favorable.
“En el caso de los bancos, podríamos tener una morosidad en el orden de 4% hacia fines de año. Para el 2023, con un ritmo de crecimiento y generación de empleo débil, además de que persistiría el marco de inflación, la tendencia (en el ratio de mora) seguiría al alza. Asimismo, se podría considerar que las tasas del mercado podrían seguir aumentando por riesgo y no por la tasa base (en referencia a la tasa del BCR). El tipo de cambio podría seguir impactando a la mediana empresa”, indicó.
Sergio Urday explicó que la desaceleración de la economía peruana se notaría en los ratios de mora, pero principalmente el siguiente año.
“Se seguirán sincerando los problemas con aquellas empresas que no han podido recuperarse tras la pandemia, en donde posiblemente una parte de la cartera de Reactiva Perú se declare irrecuperable”, agregó.
Destacó, además, que el elevado crecimiento en la cartera de créditos de consumo (hasta agosto, en comparación con agosto del 2021, fue de 23.6%, según el BCR) podría presionar también al ratio de mora. “Posiblemente esto se refleje recién en la segunda parte del 2023, aunque dependerá de qué tan fuerte será el impacto de las malas perspectivas que se tienen para la inversión privada″, dijo.
Felipe Carvallo, VP senior credit officer financial de Moody’s Investors Service, mencionó que el crecimiento a dos dígitos en el crédito de consumo podría reflejarse luego en cifras de morosidad.
“En el Perú vemos un nivel de morosidad (índice a 90 días) más alto que en el resto de países (los otros cuatro mayores sistemas bancarios en América Latina), y también por encima de lo que era prepandemia, situación que no pasa en la gran mayoría de sistemas bancarios en la región. El crecimiento por el lado del consumo nos preocupa por el entorno de alta inflación, y el crecimiento económico bajo en comparación a lo que el país estaba acostumbrado”, indicó.
Riesgo en microfinancieras
Mariena Pizarro, VP senior analyst Moody’s Local, explicó que hay un riesgo latente vinculado a las microfinancieras en sus niveles de morosidad.
“Podría haber un riesgo en el corto y mediano plazo en la calidad de cartera de las microfinancieras porque probablemente aún falte reflejar el impacto de variables macroeconómicas (en referencia a la inflación e impacto de mayores tasas), y de la mayor competencia en el segmento. Este no tiene las garantías reales y podría tender al sobreendeudamiento”, anotó.
En línea con ello, el presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Perú (Asomif), Jorge Delgado, señaló que la crisis de confianza que impacta en la inversión, y el acotado crecimiento que se espera de la economía peruana, podrían reflejarse en los ratios morosidad del segmento microfinanciero en los siguientes meses.
Construcción resalta en sectores morosos
¿En qué sectores se encuentran las empresas con mayor ratio de morosidad? Según información de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), resalta sobre todo construcción, pues tiene un ratio de morosidad de 9.2% a junio del 2022, por encima del nivel que tuvo en el mismo mes del 2021 (6.1%), y también de su registro del 2019 (8.1%).
Al respecto, el economista de Phase Consultores, Juan Carlos Odar, mencionó que este resultado estaría vinculado con la desaceleración que está viendo el sector, con tasas anuales ligeramente negativas en algunos meses.
El crecimiento del sector construcción en el primer semestre de este año fue de 1.3% y se proyecta que cierre el 2022 con un incremento de solo 0.5% (el año pasado, la actividad se expandió 34.5%), de acuerdo a la data del Banco Central de Reserva (BCR). Por su parte, la Cámara Peruana de Construcción (Capeco) estima una caída de 0.9% este año; y el BBVA Research espera un estancamiento del sector (-0.1%).
“La dinámica de aumento de tasas por parte del BCR ha presionado al alza también los tipos de interés hipotecarios, y con ello, se pierde velocidad en el sector. Asimismo, ya no está ese impulso de la autoconstrucción que hubo el año pasado, relacionado con la mayor presencialidad”, indicó Odar.