La economía peruana se habría estancado en el primer trimestre. En este escenario, varios indicadores reales y financieros pueden empeorar, entre estos la morosidad.
Según información del Banco Central de Reserva (BCR), el índice de morosidad de los créditos del sistema financiero mostró un “cambio de tendencia” en los últimos meses, pues entre diciembre y febrero subió de 3.97% a 4.07%.
Este índice equivale al porcentaje de los créditos que se encuentran en situación de vencidos o en cobranza judicial.
El aumento en la morosidad se dió en todo tipo de créditos, tanto para empresas (de 5.09% a 5,24%) como para personas (de 3.97% a 4.07%). La mora se elevó en préstamos a corporaciones, grandes empresas, medianas empresas, y micro y pequeñas empresas; así como en los de consumo e hipotecarios.
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¿Qué hay detrás del alza de morosidad en todos los créditos?
Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico (UP), indicó que el deterioro del indicador de cartera atrasada va en línea con la desaceleración económica en Perú.
Esto último limita ingresos de empresas y la generación de empleos de mayor calidad, así como la capacidad de los deudores de afrontar sus pagos en un entorno de inflación, dijo.
La economía peruana, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), pasó de crecer 3.9% en el primer trimestre del 2022 a solo 1.7% en el último. Para los primeros tres meses del 2023 se espera un crecimiento de 0%, según el BCR.
“En un marco de una pérdida de dinamismo del PBI, esto (la morosidad) se relaciona directamente con un empleo que no se termina de recuperar y mas bien aumenta el subempleo. A esto se suman las protestas que también golpearon a algunos sectores económicos”, refirio Castellanos.
Renato Peñaflor, profesor de Economía de la Escuela de Posgrado de la Universidad San Ignacio de Loyola, comentó: “Esta situación (inflación y bajo crecimiento) ha llevado al límite los recursos con los que contaban las familias y empresas. Las familias recurren cada vez más a los créditos para cubrir las brechas dejadas por ingresos que no aumentan. Tanto las pequeñas como las medianas empresas han caído en demoras en el pago de sus créditos agobiadas por su imposibilidad de colocar sus productos a precios que sean rentables y compensen el efecto inflacionario”.
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¿Como afecta la subida de la morosidad al patrimonio de bancos?
La analista de inversiones de Seminario SAB, María José Quiñones, quien no percibe un aumento muy relevante de la mora, indicó que la variación del índice responde al entorno inflacionario y de altas tasas de interes (ante el ciclo alcista de la tasa del BCR).
Mencionó al sector de medianas, pequeñas y microempresas como el más expuesto a los mayores costos por la inflación. Por el lado de personas, se refirió al consumo con tarjetas de crédito.
“Estamos en un contexto donde los créditos son más caros y eso podría influir en la morosidad. Una vez que se complica, por la inflación, el escenario de las personas, empiezan a usar más sus tarjetas de créditos, y eso puede terminar en un aumento de mora”, agregó.
Por su parte, Castellanos acotó que pese a que el avance promedio no es muy marcado y que el sistema financiero está “saludable”, no se puede subestimar el aumento de la mora.
“Del ratio de 3.71% que se tenía en el 2019 ahora se tiene 5.2% para empresas. No es poca cosa. El patrimonio total de los bancos es 10% del total de activos y el 90% es dinero de terceros. Entonces, si los malos créditos suben de cuatro a cinco se está mermando 1%, una parte importante del patrimonio”, anotó.
“Además, que contablemente los bancos muestren deterioro es porque efectivamente existe, pues hay algunas opciones por las que optan antes de ponerlas en esa categoría”, agregó.
Racionamiento de los créditos
El profesor de la UP, quien espera que los indicadores de mora se sigan deteriorando, sostuvo que, con niveles más altos, hay menos espacio para que las entidades financieras otorguen créditos.
Podría haber un mayor aprovisionamiento (reservas que realizan las entidades financieras a modo de resguardo ante el posible impago), lo que limita la expansión de créditos, según el especialista.
“Normalmente los más sensibles son las micro y pequeñas empresas, y los créditos que no tienen garantía como los de consumo. Podría verse menos apetito de otorgar créditos por parte de los bancos, quienes están más reticentes. Un mayor nivel de cartera atrasada genera mayor nivel de provisiones, y, por lo tanto, afecta el patrimonio de los bancos. Si no se fortalece el patrimonio, la SBS limita préstamos. Cada vez que se otorga el préstamo 10% debe estar respaldado (por patrimonio)”, indicó.
En la misma línea, Peñaflor prevé que la calidad de toda la cartera crediticia seguirá deteriorándose si se sigue confirmando el “pobre crecimiento” para la economía.
“Ello llevará al aumento continuo de provisiones bancarias, generando una peor situación para todo el sistema, que va a reducir la oferta de créditos y a peores condiciones″, anotó.
Quiñones, por su parte, no asegura que haya un aumento considerable de la mora.
“Aún se mantiene (el ratio de mora) en niveles similares que tuvo en el 2022. El cambio de tendencia no es algo que, por ahora indique, que se viene un aumento más fuerte. Por ahora no se podrían hablar de consecuencias”, anotó.
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