Cinco proyectos para la construcción de estacionamientos subterráneos en las alamedas Las Malvinas y Chabuca Granda y en las plazas de la Cultura, de la Integración y de la Democracia, impulsa la Municipalidad de Lima Metropolitana, como parte del proceso de peatonalización del Centro Histórico.
Este paquete de proyectos, que ya ha sido presentado por el gobierno local al sector privado, demandará una inversión de 220 millones de soles y permitirá que por lo menos 350,000 personas tengan facilidades para visitar la zona histórica de la capital.
El Centro Histórico de Lima es uno de los pocos en América Latina al que se puede acceder en automóvil. “Eso no ocurre en otras capitales”, dijo a la Agencia Andina el subgerente de Promoción de Participación de la Inversión Privada del municipio de Lima, Renso Martínez.
En paralelo a la construcción de los nuevos estacionamientos subterráneos, se contempla también la habilitación de un servicio complementario de micromovilidad para facilitar el acceso de las personas al Centro Histórico.
Entre estas opciones figuran las bicicletas, los scooters e incluso un tranvía, como los que funcionan en algunas ciudades de Europa alrededor de los centros históricos, agregó Martínez: “Es cuestión de visualizar bien cuál sería la mejor forma”.
La propuesta para la construcción de los nuevos estacionamientos subterráneos forma parte de la Cartera de Proyectos con Participación Privada 2021 que la Municipalidad de Lima presentó a más de 100 inversionistas peruanos y extranjeros a finales de setiembre.
Nuevos espacios
En diálogo con la agencia Andina, el funcionario detalló que el proyecto para alcanzar la peatonalización completa del centro de la ciudad hasta el 2030 creará restricciones para los automóviles y otros vehículos, razón por la cual será indispensable contar con nuevos espacios para el parqueo.
En la actualidad la oferta de estacionamiento en Lima es insuficiente y combina opciones formales e informales, añadió Martínez.
“Hablamos no solo de cocheras que, en muchos casos, se han habilitado en lugares donde había construcciones antiguas que fueron demolidas, sino que también se utiliza la misma calle, la calzada, lo que constituye una restricción al libre tránsito en la vía pública”.