La necesidad de adaptarse a las nuevas demandas y a las restricciones impuestas durante la pandemia ha llevado a más de 170 negocios del distrito de Miraflores a cambiar su giro hacia el de minimarket, bodega, verdulería o frutería. La autorización que les permite desempeñarse en este nuevo giro es temporal, pero podría volverse permanente si siguen utilizándolo hasta fin de año.
Desde el seis de mayo último hasta el 16 de junio, 173 empresas con licencias de funcionamiento en el distrito decidieron cambiar temporalmente de giro hacia uno de los antes mencionados, según informó Julio Fuentes, gerente de Autorización y Control de la Municipalidad de Miraflores, a Gestion.pe.
Dichos cambios se realizaron al amparo de una norma emitida por la municipalidad, según la cual las empresas pueden solicitar una “ampliación” del giro de su negocio, que les permite funcionar como bodega o minimarket, sin perder la licencia de su rubro original. Dicha norma tiene como objetivo beneficiar a las empresas cuyo sector debió paralizar sus actividades durante la emergencia.
“Entonces, se supone que hasta fin de año, si es que (la empresa) mantiene este giro, lo confirma, y ya sería una licencia definitiva. De repente, el otro (giro) también lo mantiene, porque ya se volvió a autorizar su funcionamiento, entonces usa los dos, o deja el antiguo giro y se convierte totalmente en bodega”, detalló el funcionario.
Estos negocios principalmente eran restaurantes, cafeterías, heladerías, fuentes de soda, panaderías y otros relacionados con el rubro de alimentación. Sin embargo, en la relación total también se encuentran varias librerías, pubs, discotecas, hospedajes y salones de belleza.
“Hay giros drásticos que se han dado en algunos negocios: eran una cosa y han pasado a ser otra. Sé hasta de peluquerías que han girado, y casi todos (los negocios han girado) hacia el rubro de bodega o minimarket”, comentó Fuentes.
Entre los negocios más conocidos se encuentran las librerías Tai Loy. De acuerdo con los registros de la municipalidad, cuatro de ellas, ubicadas en el distrito, optaron por incursionar en el negocio de bodega y venta de materiales de limpieza, rubros que se suman a aquellos ya desempeñados por esta empresa, que son los de librería, bazar y venta de juguetes, computadoras y softwares.
Locales clausurados
Desde que empezó el estado de emergencia, la municipalidad ha clausurado 54 locales comerciales por el incumplimiento de diversas normas, entre ellas algunas impuestas debido a la pandemia.
Entre los rubros sancionados con la clausura predominan las boticas (12) y en menor medida se encuentran los restaurantes (con entrega delivery), minimarket, librerías y hospedajes.
Entre las faltas cometidas, destacan el desarrollo de actividades con giros no autorizados por el gobierno central durante la emergencia, el incumplimiento de condiciones óptimas de higiene y el no realizar chequeos para la detección de fiebre o pruebas de coronavirus entre el personal. Solo pudieron volver a operar aquellos que lograron subsanar su falta.