La minería es uno de los motores principales de la economía y aún tiene un alto potencial para seguir desarrollándose. De hecho, el Perú se ubicó en el primer cuartil en términos de la competitividad en potencial minero en un ranking internacional; además, las tarifas de electricidad del sector industrial -al segundo trimestre de este año- se pueden considerar bajas respecto a lo que registran otras economías de la región, subrayó Luis Carranza, exministro de Economía.
Por el lado de la demanda -resaltó durante su exposición en Perumin- hay un contexto favorable con un rebote importante en precios internacionales de los metales, en este proceso de recuperación de la economía mundial -tras el golpe del covid-19. Y, hay perspectivas positivas: “para cerrar la brecha de la demanda de cobre calculada al 2031 necesitamos US$ 91,000 millones de inversión, en el caso del niquel, US$ 41,000 millones”, destacó.
Sin embargo, Carranza consideró que no hay una estrategia pública para impulsar el sector. “Hay políticas, hay directivas, pero no hay estrategia que vea a la minería como motor de desarrollo de nuestro país”, subrayó el economista. Recordó que en el país se puede tardar hasta 11 años en tener un proyecto; además, que hay conflictos sociales que deben abordarse con medidas concretas. “Aquí el rol del Estado es fundamental. Aquí el privado no puede reemplazar al Estado, puede cooperar con este”, puntualizó.
Impacto en proyectos
En términos de recursos fiscales generados desde el 2000 a la fecha, Carranza comentó que tenemos S/ 127,000 millones, esto está concentrado en un tercio de las regiones que han recibido S/ 66,000 millones. “Uno puede identificar las regiones y preguntarse: ¿dónde están las obras? ¿a dónde fue el dinero? ¿Cómo han cambiado la calidad de vida de las personas?”, acotó.
También la minería ha tenido un rol importante con el sector privado, concentrado en sectores como transportes, metalmecánica y químicos, que son actividades que tienen un ratio capital/trabajo más favorable que en el caso de la minería. Es decir, -explicó- por cada dólar de capital, hay más empleo en estos sectores que en la actividad minera.
Incluso, el 65% de los proveedores mineros se crearon en las últimas dos décadas, principalmente por la mayor producción de cobre (aproximadamente 5,100 empresas nuevas).
Potencialidad
El exministro de Economía, mencionó que (asumiendo un PBI potencial de 4%) si se desarrolla la cartera de proyectos mineros con todos los impactos de propagación en otros sectores, “lo que vamos a ver es un crecimiento promedio de 7.5% (de la economía nacional)”. “Al 2031, podríamos alcanzar los niveles de ingreso per cápita que tiene Panamá, que ya superó a Chile en términos de PBI per cápita en la región”, mencionó.
Carranza recordó que el Perú tiene una cartera de proyectos mineros por US$ 56,158 millones, donde casi la mitad está concentrada en la zona sur del país; además, las compras del sector minero a los proveedores nacionales registran un promedio de US$ 10,000 millones en estos años.
En ese contexto, “si desarrollamos todos estos proyectos vamos a llegar a cerca de US$ 24,000 millones anuales de demanda de productos y servicios a proveedores mineros”. “Básicamente estamos multiplicando por 2.4 la capacidad de generación de empleo sin hacer nada más. Si tenemos un plan de desarrollo de manufactura, de servicios para proveedores mineros, esto puede ser más importante”, remarcó.
También resaltó la importancia de los corredores económicos territoriales (22). “Si nos concentramos en la zona sur, hay seis corredores, tenemos S/ 60,000 millones de inversión en proyectos privados, fundamentalmente mineros, pero también de infraestructura pública, de APP, temas agrícolas, entre otros”, finalizó.