El ají arnaucho posee un total de 133 genes, los cuales podrán permitir desarrollar nuevos cultivares de ají con características más deseables y niveles estables de picor, así lo determina el reciente estudio publicado del genoma cloroplastidial realizado por el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
El trabajo científico desarrollado por el Inia-Midagri mediante agricultura de precisión revela que, de estos 133 genes, 86 son codificantes, mientras que el resto son de transferencia, ribosomal y pseudogenes, así como 156,931 pares de bases de ADN. Esta composición involucra aspectos fisiológicos, desarrollo, incluso la síntesis de hormonas, entre otros.
Esta línea de base permitirá al Inia-Midagri conocer más respecto a su nivel de evolución en el tiempo, identificar su diversidad genética, potenciar aspectos fisicoquímicos, entre otros, con el fin de generar nuevas variedades con alto valor genético y con niveles de picor estables en favor de la actividad industrial.
La investigación al genoma del ají arnaucho representa un hecho importante para la actividad agrícola, ya que permitirá establecer los niveles de picor de este cultivo por hectárea favoreciendo a una producción de calidad, competitiva y una mejor industrialización para los diferentes procesos.
A través de los trabajos de investigación de agricultura de precisión, el Inia busca rescatar la importancia de este recurso fitogenético, caracterizando el genoma cloroplastidial con el fin de definir una línea base para el mejoramiento genético moderno de los cultivos en favor de los agricultores.
En el Perú, Capsicum chinense es una especie de ají que presenta mayor diversidad de tamaños, formas y colores, que son muy valiosos para la actividad culinaria e industrial. De las diferentes variedades, el arnaucho es muy picante y se cultiva principalmente en las provincias de Barranca, Huacho, Supe y Casma, en la región Lima.