Durante años, Román Abramóvich ignoró los intentos de compra del Chelsea Football Club, incluso a pesar de que el Reino Unido le dificultó en alguna ocasión visitar Londres para ver a su equipo.
Ahora, tras la invasión de Ucrania de parte de Rusia, el multimillonario está buscando vender el club, aunque sus asesores quieren al menos 3,000 millones de libras (US$ 4,000 millones).
En el mundo de los ultrarricos, en estos días los teléfonos suenan para hablar sobre la posibilidad de comprar activos en riesgo de sanciones a niveles casi de ganga. Inversionistas y agentes inmobiliarios oportunistas preguntan: ¿Quién vende y a qué precio?
Una llamada provino del personal del Reino Unido de HIG Capital, una firma de capital privado con sede en Miami propiedad de los multimillonarios Sami Mnaymneh y Tony Tamer, según una persona con conocimiento del tema.
Otra firma que circula es Optimus Capital, un administrador de activos con sede en Londres que trabaja con personas adineradas y gestores de patrimonio familiar, dijo la persona, que pidió no ser identificada porque la información no es pública. Los representantes de HIG y Optimus no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Las consultas, que se producen a tan solo una semana de que se iniciara el conflicto, destacan la naturaleza rápida de una crisis geopolítica que ha visto al país Vladímir Putin ser expulsado del sistema financiero global y eliminado casi US$ 90,000 millones de las fortunas de las élites más ricas de Rusia.
El miércoles, el banco central de Rusia cerró el comercio de acciones en la bolsa de Moscú por tercer día consecutivo, el periodo más largo desde la crisis del país en 1998. La Bolsa de Valores de Londres también suspendió docenas de recibos de depósito rusos después de que el índice Dow Jones Russia GDR cayera un 98% en dos semanas.
Sin embargo, los activos que enfrentan el escrutinio más riguroso por parte de los líderes gubernamentales son los bienes raíces, los jets privados y los superyates propiedad de oligarcas rusos.
El miércoles, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció los detalles de un grupo de trabajo llamado “KleptoCapture” que buscará hacer cumplir las sanciones y las restricciones a la exportaciónmy confiscar ese tipo de activos de lujo, luego de una medida similar del Reino Unido
“Vamos tras su yate. Vamos tras su avión privado. Ese es el mensaje clave”, dijo la fiscal general adjunta Lisa Monaco en una entrevista el miércoles con Emily Chang de “Bloomberg Technology”.
Punto caliente
El Reino Unido se ha convertido en un punto caliente para los rusos ricos en los últimos años, en tanto que muchos se sienten atraídos por la capital inglesa por su abundancia de propiedades inmobiliarias de lujo, así como por los hospitales y escuelas privados de la ciudad. Las áreas populares incluyen Eaton Square en Belgravia, a veces llamada “Plaza Roja”, y St. George’s Hill en Surrey, donde la mayoría de las casas rondan un precio de más de 10 millones de libras.
Pero ahora, algunos propietarios rusos de bienes raíces en Londres están teniendo problemas para refinanciar sus hipotecas, según una persona familiarizada con el asunto. Los bancos están preocupados por su exposición a las personas rusas y se niegan a proporcionar financiamiento, lo que obliga a los propietarios a considerar vender, dijo la persona, que pidió no ser identificada, citando acuerdos de confidencialidad.
Abramóvich, que no ha sido sancionado por el Reino Unido, busca vender sus propiedades en Londres, dijo Chris Bryant. La propiedad a la que se refería es una mansión en Kensington Palace Gardens, según una persona familiarizada con el asunto, y el piso al que se hace referencia es un ático en Chelsea Waterfront.
Venta del Chelsea
En cuanto al Chelsea FC, el multimillonario ruso emitió un comunicado el miércoles en el sitio web del club que decía que vendería el equipo y ha dado instrucciones a la junta para que establezca una fundación benéfica que recibirá todas las ganancias netas de la venta.
“La fundación será en beneficio de todas las víctimas de la guerra en Ucrania”, dijo Abramovich en el comunicado. “Sepan que esta ha sido una decisión increíblemente difícil de tomar y me duele separarme del club de esta manera”.
Los otros trofeos obvios de los ultrarricos de Rusia son sus superyates, símbolos de su extravagante riqueza. Alrededor de entre 7% y 10% de la flota mundial es propiedad de rusos, según el observador de la industria Superyacht Group. Pero normalmente tardan varios meses en venderse, como mínimo.
No está claro si las élites rusas querrían separarse de ellos de todos modos. Los cuatro yates de lujo más grandes que navegan por las Maldivas en este momento son de propiedad rusa, según un análisis de datos de embarcaciones realizado por Bloomberg News. Las embarcaciones pertenecen o están vinculadas al magnate del acero Visctor Rashnikov, su compañero multimillonario Aleksey Mordashov, el magnate del aluminio Oleg Deripaska, y el banquero Andrey Kostin.