Bloomberg.- La industria automotriz de cerró el 2016 con una "burbuja" en inventario que requerirá disciplina en producción y precios para ser resuelta, comentó un analista de J.D. Power.

El vehículo promedio pasó 66 días en los lotes de distribuidores al término del 2016, más que los 60 días un año antes, dijo el analista Thomas King durante una conferencia de J.D. Power en Nueva Orleans.

Cerca de un tercio del inventario de vehículos eran autos del año de modelos de fácil salida y/o camionetas, una proporción mayor que el nivel más habitual de menos de un cuarto.

La oferta que crece tiende a perjudicar los márgenes de ganancias de los fabricantes de autos porque es señal de que tendrán que reducir la producción o promover incentivos para despejar bodegas.

Aunque las ventas de vehículos livianos subieron un 0.4% a un récord de 17.6 millones el año pasado, J.D. Power y un alto ejecutivo de Honda Motor Co. han destacado que posiblemente esto no habría sucedido sin una mayor dependencia en las entregas a compañías de arriendo de vehículos y otras flotas, que a menudo se descuentan.

"No hay otra manera de decirlo: esta no es una buena situación para la industria", aseveró King respecto del aumento de los incentivos, que repuntaron 16% a cerca de US$ 3,951 por vehículo.

Aunque varios fabricantes de autos han refrenado la producción, "incluso esos recortes no van a tener un efecto inmediato. Tenemos una burbuja en el inventario que la industria tiene que resolver".

La demanda de parte de clientes minoristas en efecto se contrajo en unas 100,000 unidades el año pasado, incluso cuando el desembolso en incentivos subió a un nivel récord, según J.D. Power, con sede en Westlake Village, California. Las ventas minoristas y a flotas pueden ser esencialmente las mismas del 2016, sin cambios, según King.

J.D. Power organiza una conferencia anual antes de la convención anual de la National Automobile Dealers Association, la que tendrá lugar hasta el domingo.