Las inundaciones estacionales y el mal tiempo del mes pasado también afectaron a la producción industrial en algunas zonas como el centro de China.(Foto: Bloomberg).
Las inundaciones estacionales y el mal tiempo del mes pasado también afectaron a la producción industrial en algunas zonas como el centro de China.(Foto: Bloomberg).

El crecimiento de las se ralentizó inesperadamente en julio tras los brotes de casos de COVID-19, mientras que las importaciones también perdieron impulso, lo que apunta a una desaceleración del sector industrial del país en el segundo semestre, pese a que la mayor apertura mundial está impulsando el comercio.

El mayor exportador del mundo ha protagonizado un impresionante repunte económico tras la caída provocada por el coronavirus en los primeros meses del año pasado, después de contener rápidamente la pandemia, y su rápido despliegue de vacunas ha contribuido a impulsar la confianza.

Pero los nuevos contagios de julio, causados principalmente por la variante Delta, altamente transmisible, se han extendido a decenas de ciudades chinas, lo que ha llevado a las autoridades locales a cerrar las comunidades afectadas, ordenar que se hagan pruebas a millones de personas y suspender temporalmente las operaciones de algunas empresas, incluidas las fábricas.

Las inundaciones estacionales y el mal tiempo del mes pasado también afectaron a la producción industrial en algunas zonas como el centro de China.

Las exportaciones en julio aumentaron 19.3% con respecto al año anterior, frente a un aumento de 32.2% en junio. Los analistas encuestados por Reuters habían previsto un aumento de 20.8%.

“La pandemia empeoró en otros países asiáticos en desarrollo, lo que puede haber provocado una reubicación del comercio hacia China. Pero los indicadores adelantados sugieren que las exportaciones podrían debilitarse en los próximos meses”, dijo Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management.

Además de los esfuerzos por contrarrestar la propagación de la variante Delta, los exportadores chinos también han tenido que hacer frente a la escasez mundial de semiconductores, los cuellos de botella en la logística y el aumento de los costes de las materias primas y los fletes.

“Aunque los pedidos se están recuperando, hay demasiadas incertidumbres en la segunda mitad del año, como la evolución de la epidemia interna y el costo de las materias primas. Y al mismo tiempo, la capacidad de producción en el extranjero se está recuperando lentamente”, señaló un gerente de ventas de exportación con sede en Suzhou apellidado Ye.

En julio, las importaciones desaceleraron para anotar un aumento de 28.1% frente a un año antes, por debajo de 33% previsto en la encuesta de Reuters y de 36.7% del mes anterior.

La demanda de mineral de hierro, un ingrediente clave en la fabricación de acero, ha caído en los últimos meses. Sin embargo, las importaciones de crudo de China repuntaron en julio desde un mínimo de seis meses, ya que las refinerías respaldadas por el Estado aumentaron la producción tras volver de su mantenimiento.

China registró un superávit comercial de US$ 56,580 millones en julio, frente a la previsión de la encuesta de un superávit de US$ 51,540 millones y de US$ 51,530 millones en junio.

La economía va camino de crecer más de 8% este año, pero los analistas afirman que la demanda reprimida ha tocado techo y prevén que el ritmo de crecimiento empiece a moderarse.

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