Los precios del cobre subían con fuerza el viernes y se encaminaban a su mayor ganancia semanal desde 2016, con un alza en los valores de la energía que amenazaba con frenar el suministro del metal, justo cuando las existencias de operadores como la Bolsa de Metales de Londres (LME) y la Bolsa de Futuros de Shanghái (ShFE) están en mínimos.
A las 11:32 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 2.1% a US$ 10,191.50 la tonelada. El contrato acumula un alza de 9% esta semana, acercándose al máximo histórico de US$ 10,747.50 alcanzado en mayo.
La escasez de energía en China y un rápido aumento en sus costos ya han obligado a las fundiciones de zinc y aluminio a recortar la producción, llevando los precios de ambos metales a su nivel más alto en más de una década.
Los altos costos de la energía además son inflacionarios y eso está impulsando la demanda de los inversores de cobre y otras materias primas físicas como cobertura, dijo Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
La crisis energética en China, el mayor productor y consumidor de metales, se agrava a medida que el clima frío azota gran parte del país.
Los altos precios de la energía y la posible escasez afectarán la oferta más que la demanda de metales en los próximos meses, según analistas de ANZ.
Los inventarios de cobre bajo garantía en almacenes registrados en la LME han caído a 14,150 toneladas, el nivel más bajo en al menos 20 años. Las existencias en la Bolsa de Futuros de Shanghái (ShFE) suman 41,668 toneladas, mínimos desde 2009.