Un rápido doble golpe de alzas de tasas de interés y la reducción del balance de la Reserva Federal presenta el riesgo de desestabilizar los mercados de bonos y acciones que ya se han visto fuertemente golpeados.
Se desconocen los efectos sobre los mercados y la economía de combinar los dos aspectos del endurecimiento monetario en una sucesión rápida, algo que no se ha hecho antes, y los inversionistas están transmitiendo su preocupación. El índice tecnológico Nasdaq retrocedió más de 8% en las últimas 10 sesiones de negociación, mientras que los bonos del Tesoro han bajado un 2.3% este mes.
Al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y a sus colegas les gustaría ver un poco de ajuste de las condiciones financieras para reducir la intensidad de la robusta economía y ayudar a reducir la inflación más alta en décadas.
Un retroceso en los precios de los activos después de que las acciones y los precios de las viviendas batieran récords el año pasado ayudaría a ese proceso, siempre que no se convirtiera en una recesión desestabilizadora que terminara perjudicando a la economía.
Lo que complica aún más esta tarea es que la Fed solo ha reducido anteriormente su reserva de bonos una vez, en 2017-2019, por lo que es difícil tratar de calcular el impacto de un ajuste cuantitativo más grande y rápido esta vez.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, espera que las tasas a largo plazo “suban un poco” con el tiempo a medida que el banco central reduzca el tamaño de su balance.
Pero reconoció la semana pasada que era “bastante incierto” qué tan grande sería el impacto de tal ajuste cuantitativo. “Tenemos que ser humildes”, dijo el viernes al Consejo de Relaciones Exteriores.
Uno de sus antecesores, William Dudley, espera que el proceso sea fluido. La comunicación constante de los planes de la Fed ayudará, al igual que un respaldo de liquidez que el banco central implementó el año pasado.
La herramienta permanente de acuerdos de recompra, o repos, brinda a los bancos un método fácil de canjear bonos del Tesoro por efectivo, una válvula de seguridad que puede ayudar a evitar la contracción observada en el 2019.
Los analistas no lo ven tan claro
Sin embargo, inversionistas atribuyen mucho más “poder de ajuste” a las reducciones del balance que algunos análisis de la Fed, según el economista jefe de Deutsche Bank AG para Estados Unidos Matthew Luzzetti, lo que aumenta el riesgo de liquidaciones inesperadas en activos de riesgo.
Mientras los operadores descuentan cada vez más un aumento de tasas en marzo seguido unos meses tarde por el comienzo de la reducción de la cartera de bonos por parte de la Reserva Federal, los inversionistas bursátiles se han vuelto cada vez más recelosos.
En 2017, la Fed comenzó a normalizar su balance general casi dos años después de elevar su tasa de política monetaria a corto plazo desde casi cero. Y redujo su inventario de bonos en pequeños pasos. Esta vez, las autoridades monetarias, incluido Powell, han dejado en claro que irán más rápido.
Los expertos monetarios han dicho que se justifica un enfoque diferente: la economía es más fuerte de lo que era entonces, la inflación es mucho más alta y el balance general es mucho más grande. Además, la Fed mantiene US$ 326,000 millones de letras del Tesoro que podrían salir del balance en cuestión de meses si no se reinvierten los ingresos.
Si bien cierto retroceso en los activos de riesgo podría ser útil para la Fed, una caída importante podría dañar la recuperación. Para evitar eso, los encargados de la política monetaria probablemente prepararán al mercado para lo que pretenden hacer, en la jerga de Powell, socializando sus intenciones con los inversionistas.