Goldman Sachs Group Inc. cree que el Banco Central Europeo impulsará el programa pandémico de compra de bonos en 400,000 millones de euros (US$ 470,000 millones) en diciembre tras un mayor debilitamiento de la inflación de la zona euro.
También es probable que el BCE amplíe la operación de compra de activos de emergencia, conocida como PEPP, durante seis meses hasta finales del 2021, escribieron analistas del banco estadounidense en un comentario a los inversores el lunes.
Las reinversiones de activos en vencimiento en el marco del plan deberían continuar hasta finales del 2023, escribieron, y agregaron que el banco central también puede apuntar a la compra de bonos de alto rendimiento.
“Es probable que una ampliación del PEPP tenga una mayor influencia para apuntalar la recuperación de la economía de la eurozona, particularmente en el sur de Europa, donde se necesita más, que un recorte de tasas o una expansión del programa regular de compra de activos”, escribieron analistas de Goldman, entre los que se incluyen Soeren Radde. Esto se debe a que el PEPP tendría más influencia “para comprimir los diferenciales de crédito”.
La especulación sobre una mayor flexibilización monetaria ha aumentado por una serie de razones: desde el reciente aumento en las tasas de infección por coronavirus en España y Francia a la caída de la inflación subyacente de la eurozona a un mínimo histórico del 0.2% en setiembre. Esto último llevó a los miembross del BCE a comentar que se sentían incómodos con un crecimiento de precios casi nulo.
Goldman esperaba anteriormente que el PEPP, con un límite actual de 1.35 billones de euros, finalizara a mediados de 2021 y que el BCE proporcionara apoyo adicional a través de su programa regular de compra de activos que comenzó en 2015.
Después de la última actualización de políticas del Consejo de Gobierno el 10 de septiembre, los analistas del banco estadounidense dijeron que esperaban que las operaciones de pandemia solo se ampliaran “en caso de trastornos de virus más graves y una expansión fiscal menor a la esperada en los presupuestos de otoño”.
Los diferenciales de crédito son una condición financiera clave a la que los inversores prestan atención para considerar el estrés del mercado junto con indicadores de renta variable y renta fija y, como grupo, aún no han vuelto a los niveles previos a la pandemia.
Otras herramientas que el BCE podría considerar incluyen cambios en las condiciones de los préstamos a largo plazo a los bancos y aumentar el multiplicador de “tiering”, o niveles, para el exceso de reservas de bancos, lo que suavizaría la tensión de las tasas de interés negativas al eximir una mayor proporción de los depósitos de los bancos.