El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, mostró su postura más restrictiva hasta la fecha para controlar la inflación, respaldando potencialmente dos o más aumentos de medio punto porcentual de la tasa de interés y describió al mercado laboral como sobrecalentado.
“Diría que 50 puntos básicos estarán sobre la mesa para la reunión de mayo”, dijo Powell en un panel organizado por el FMI el jueves en Washington, que compartió con la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y otras autoridades. Dijo que la demanda de trabajadores es “demasiado alta, insosteniblemente alta”.
El jefe de la Fed apunta directamente a la fuerte demanda que el banco central quiere enfriar. Es una estrategia que conlleva un riesgo considerable para los trabajadores estadounidenses y las perspectivas de crecimiento general de la economía en los próximos meses, así como para la propia Fed en un año de elecciones legislativas de mitad de período, cuando la inflación es una gran preocupación entre los estadounidenses comunes.
“Esta va a ser una decisión muy reñida sobre si tendremos una recesión o no”, dijo Ethan Harris, director de economía global de Bank of America Securities. “Tienen que llevar la política monetaria a un territorio estrecho, y probablemente necesiten algún tipo de aumento en la tasa de desempleo”.
Powell también reforzó las expectativas de otro aumento de medio punto en junio, citando las minutas de la reunión de política monetaria del mes pasado que indicaban que muchos funcionarios habían señalado que “uno o más” aumentos de 50 puntos básicos podrían ser apropiados para frenar la inflación más alta en cuatro décadas.
Los mercados monetarios están descontando 200 puntos básicos de ajuste hasta la decisión de septiembre de la Fed, según los swaps de tasas de interés.
Eso implica un aumento de medio punto —algo sin precedentes desde el año 2000— en mayo, junio, julio y setiembre, lo que llevaría el límite superior del rango objetivo de la tasa de fondos federales al 2.50%. El aumento de los rendimientos, a su vez, ha perturbado el mercado de valores y el índice S&P 500 cerró el jueves con una caída del 1.5%.
James Bullard, presidente de la Fed de San Luis, también abrió un debate sobre realizar un aumento más agresivo de 75 puntos básicos si es necesario, mientras que incluso funcionarios que normalmente tienen una postura más expansiva, como Mary Daly de la Fed de San Francisco, han dicho que es probable que haya un “par” de incrementos de medio punto.
“Las tácticas sobre si es 50, si es 25, si es 75, esas son cosas que deliberaré con mis colegas”, dijo en una entrevista con Yahoo! Finance el jueves. “Pero mi propio punto de partida es que no queremos ir tan rápido o tan abruptamente que sorprendamos a los estadounidenses y hagamos que tengan que adaptarse rápidamente”.
Powell “aprobó un aumento de 50 puntos básicos en mayo, pero creo que el alza de junio también será de esa magnitud y tal vez incluso más alta”, dijo Yelena Shuliatyeva, economista sénior estadounidense de Bloomberg Economics.
Para algunos, es demasiado poco, demasiado tarde. Los críticos dicen que los banqueros centrales de Estados Unidos están atrapados en un aprieto político creado por ellos mismos. Los precios comenzaron a acelerarse en el cuarto trimestre, cuando los empleadores desestimaron la última ola del coronavirus y agregaron más de medio millón de trabajadores cada mes.
Los aumentos salariales repuntaron y la demanda se fortaleció, lo que amplió las presiones inflacionarias en toda la economía incluso cuando la Fed continuó agregando estímulo manteniendo las tasas cerca de cero y comprando bonos.
El año pasado, los encargados de formular la política monetaria querían evitar un ajuste preventivo, pero la combinación de estímulo fiscal, apoyo monetario y recuperación de la demanda los dejó atrás de las presiones inflacionarias que ya estaban en marcha.