Los países que decidan no introducir versiones digitales de sus monedas pueden enfrentar amenazas a sus sistemas financieros y autonomía monetaria, advirtió el Banco Central Europeo.
Los consumidores y las empresas en lugares que no tienen su propia moneda digital podrían terminar dependiendo de una pequeña cantidad de proveedores dominantes de servicios de pago, incluidos los gigantes tecnológicos extranjeros, dijo el BCE en un informe publicado el miércoles. Eso podría afectar la capacidad del banco central para cumplir con su mandato y actuar como banco de última instancia, dijo el BCE.
“Emitir una moneda digital del banco central ayudaría a mantener la autonomía de los sistemas de pago nacionales y el uso internacional de una moneda en un mundo digital”, según el informe.
Los bancos centrales de todo el mundo están considerando la idea de emitir una versión digital de sus monedas para mantenerse al día con los avances tecnológicos que han estimulado el alza del bitcóin y otras iniciativas privadas.
El BCE es una de las varias instituciones que lideran la carga, aunque no tomará una decisión oficial hasta este verano sobre si avanzará con experimentos prácticos sobre un euro digital.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que podría existir un euro digital dentro de cuatro años si los funcionarios dan luz verde al proyecto. Tal iniciativa también podría impulsar el alcance internacional del euro si se diseña con un enfoque en la seguridad, bajos costos de transacción y compatibilidad con otros servicios, según el informe del BCE.
“Fomentar el papel internacional del euro no es una motivación principal para emitir un euro digital”, según los investigadores del BCE. “Sin embargo, si se permitiera el uso de un euro digital en los pagos transfronterizos, una decisión que queda por tomar, esto también tendría implicaciones para el papel internacional del euro”.