FOTO 6 | - 6 de mayo de 2010: pierde más de 9% en 36 minutos a causa de algoritmos, un episodio bautizado como "Quiebre relámpago". (Foto: Bloomberg)
FOTO 6 | - 6 de mayo de 2010: pierde más de 9% en 36 minutos a causa de algoritmos, un episodio bautizado como "Quiebre relámpago". (Foto: Bloomberg)

Dos días después que una disparada repentina de la volatilidad desató una caída del mercado accionario, los participantes del mercado evalúan los despojos de la liquidación y la misteriosa dinámica que la causó. Una teoría que está cobrando fuerza: el curioso caso del perro que pasea al amo.

Dos productos que cotizan en bolsa (ETP, por sus siglas en inglés) y democratizaron el acceso a una de las estrategias de mayor eficacia comprobada de Wall Street —la venta de volatilidad— tenían solo US$ 3,600 millones en activos el lunes.

Es una fracción diminuta de los aproximadamente US$ 2 billones que, según estimaciones, están ligados a estrategias de volatilidad corta, y un grano de polvo en comparación con los US$ 23 billones en valor de mercado de las empresas del S&P 500.

Sin embargo, puede que la popularidad de estos productos haya estimulado uno de los movimientos más violentos en la historia de las acciones estadounidenses, en el cual el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó más de 6% en seis minutos.

Cuando la cosa se calmó, los activos combinados de ambos ETP se habían achicado a US$135 millones. Uno de ellos —el VelocityShares Daily Inverse VIX Short-Term ETN, conocido como XIV— pronto se extinguirá.

Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó la tarde del 5 de febrero en Wall Street, advirtió el director general de Société Générale SA, Ramón Verastegui, pero hay motivos para creer que el carácter abrupto del retroceso de las acciones estuvo vinculado a cómo entendían los operadores que se comportarían esos ETP.

A medida que se inflaban los activos de esos fondos, también aumentaba su capacidad de mover los mercados de futuros VIX subyacentes, sugiere. Y los participantes del mercado lo sabían.

‘Indicador de miedo’
Productos como XIV y su pariente cercano, el ProShares Short VIX Short-Term Futures ETF (SVXY), buscan ofrecer a los inversores exposición a lo inverso de los movimientos diarios en la porción delantera de la curva de futuros VIX, y suelen beneficiarse si el mercado está tranquilo.

La curva de futuros VIX está atada al índice Cboe Volatility, con frecuencia apodado el “indicador de miedo” del mercado, que a su vez es una medida de la volatilidad implícita en el índice S&P 500 en los siguientes 30 días (el VIX tiende a moverse en dirección opuesta a las acciones de Estados Unidos).

Estos productos suelen comprar futuros VIX cuando sube el índice y venderlos cuando para baja intentar mantener un grado constante de exposición al índice subyacente.

“Se sabe que los ETN tienen que hacer equilibrio, en qué sentido deben ir y más o menos cuánto deben comprar”, dijo Verastegui. “Imagínese que usted es operador, son las 14:30 y los futuros VIX subieron unos 3 puntos. Usted ya sabe qué va a pasar al cierre”.

Como los productos ligados a la volatilidad se dieron prisa en comprar futuros VIX para reequilibrarse antes de su plazo diario hasta las 16:15 para calcular el valor de sus activos subyacentes, en la práctica subieron el precio de los contratos y al final el del índice.

La demanda de ETP VIX apalancados fue “el principal motor del movimiento luego del cierre de caja”, dijeron analistas de Barclays Plc dirigidos por Maneesh Deshpande en una nota de investigación publicada tras la abrupta disparada del VIX el lunes.

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