El precio del dólar en Perú abrió con una ligera baja, pese a que el riesgo de que Estados Unidos y Europa prohíban las importaciones de crudo ruso amenazaba con estirar las cadenas de suministro y acumular más presión inflacionista en las economías de todo el mundo.
El tipo de cambio opera en S/ 3.750, una caída de 0.23% frente al cierre del viernes en S/ 3.759, según la agencia Bloomberg.
En lo que va del año, el billete verde acumula un retroceso de 6.03% en comparación con la última cotización de 2021, en S/ 3.991.
Por otro lado, en el mercado paralelo o las principales casas de cambio, el dólar se compraba a S/ 3.730 y se vendía a S/ 3.770, de acuerdo al portal cuantoestaeldolar.pe.
Los precios del crudo y otras materias primas se disparaban el lunes, mientras las bolsas se hundían en una rueda frenética, ya que el riesgo de que Estados Unidos y Europa prohíban las importaciones de crudo ruso amenaza con estirar las cadenas de suministro y acumular más presión inflacionista en las economías de todo el mundo.
Según la agencia Reuters, el dólar se mostraba más firme, apoyado en parte por un sólido informe de nóminas que no hizo sino reafirmar las expectativas del mercado de una subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal este mes. El índice dólar operaba en 99.253 unidades tras subir un 2.3% la semana pasada.
El oro alcanzó los US$ 2,000 la onza por primera vez en un año y medio, ya que los inversores apostaban por el metal como refugio, mientras que el paladio tocó un máximo histórico, mientras continúa la crisis entre Rusia y Ucrania y los gobiernos occidentales estudian nuevas sanciones.
“Si Occidente corta la mayor parte de las exportaciones energéticas de Rusia, sería una gran sacudida para los mercados globales”, dijo el economista jefe de BofA, Ethan Harris.
Tras dispararse un 18% al inicio de la jornada, el Brent ganaba un 6,25% a las 12:19 GMT, a US$ 125.44, mientras que el crudo estadounidense mejoraba a US$ 123.26.
Este salto, que sigue a un alza del 21% del Brent la semana pasada, será costoso para los consumidores y les dejará menos dinero para gastar en otras cosas, lo que supone una amenaza para el crecimiento económico mundial.