Las dos próximas COP se celebrarán en Oriente Medio, el epicentro de la producción de combustibles fósiles y a la vez una de las regiones más vulnerables al cambio climático, por lo que los activistas ven en estas citas mundiales una oportunidad para aumentar la conciencia respecto a este problema en la zona.
Las COP27, que se celebrará el año que viene en Egipto, y la de 2023 en Emiratos Árabes Unidos (EAU) “podrían suponer un tremendo impulso de la crisis del clima en la agenda de la región, principalmente mediante la sensibilización y la movilización social”, indica a Efe el director de campañas de Greenpeace en Oriente Medio, Ahmad el Droubi.
Además, señala, podrían ser un “punto de partida” para que “los Gobiernos de la región consideren más seriamente una transición para dejar de usar los combustibles fósiles”, algo a lo que se resisten los países cuyas economías más dependen del petróleo, como las ricas monarquías del golfo Pérsico.
Petróleo versus renovables
Emiratos Árabes Unidos (EAU) es “uno de los países más intensivos en la producción de carbono” y con “una de las mayores tasas de emisiones (contaminantes) del mundo”, afirma a Efe Jim Krane, investigador de temas de energía en Oriente Medio del Baker Institute de la Universidad Rice en Houston (Estados Unidos).
“Un mundo que transita a las renovables y electrifica todo es un desastre para los petro-Estados”, como EAU, si bien este país “tiene mucho territorio vacío y luz solar que puede emplear para hacer electricidad e hidrógeno”, agrega.
El Droubi consideró “como mínimo contradictorio” que el Gobierno de EAU se haya comprometido a lograr cero emisiones contaminantes para 2050 y a la vez planifique incrementar su producción de petróleo.
“Esto demuestra una falta de realismo y de aceptación de que la única forma de mitigar los peores impactos climáticos requeriría una eliminación gradual de los combustibles fósiles”, sentencia.
No obstante, reconoce que “parece haber una creciente aceptación en EAU de que los combustibles fósiles no tienen un espacio particularmente en el futuro”.
Compensar a los menos contaminantes
En las próximas dos cumbres, en la de Egipto, se espera un avance en la aportación de fondos por los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, para afrontar su impacto en los países pobres, los más afectados.
Sigue siendo un reto duplicar la financiación de la adaptación respecto a los niveles de 2019 para 2025, después de que no se lograra un acuerdo en la COP26 de Glasgow.
En esa última cita, “Egipto fue muy activo y uno de los países responsables de introducir el tema en la agenda”, asegura a Efe Mohamed Youmes, investigador en temas de medio ambiente y energía de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales (EIPR, por sus siglas en inglés).
El Cairo está muy interesado en ese aspecto no sólo por ser uno de los países más vulnerables al cambio climático, sino por su papel activo como representante de África, un continente ya de por sí afectado por la escasez de agua y que requiere de infraestructuras para un consumo más eficiente de este líquido vital, explicó el activista.
“Para los países africanos será más fácil estar en Egipto y contribuir a la agenda con los temas que les interesan”, apunta, sin olvidar que Egipto también es árabe y un puente entre África y Oriente Medio.