Redacción Gestión

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Londres (Reuters).- El cobre subió el lunes tras una racha a la baja que duró seis días, impulsado por la debilidad del dólar, aunque un crecimiento más lento de la actividad manufacturera en el principal consumidor China, donde las compras aún no remontaron tras las festividades, limitó el alza.

El en la Bolsa de Metales de Londres cerró en 7,835 dólares la tonelada desde los 7,805 dólares del viernes, tras registrar una caída semanal de casi un 5%, su mayor retroceso desde mediados de diciembre de 2011.

El cobre seguía en territorio positivo, debido a que operadores veían un valor justo en el precio tras la fuerte corrección de la semana pasada y a medida que el débil dólar abarata el valor de los metales en dólares para los inversores en otras monedas.

Pero afectando la confianza estaba el índice anticipado de gerentes de compras de HSBC (PMI, por su sigla en inglés) para febrero que retrocedió a su menor nivel en cuatro meses de 50.4 frente a una lectura final de 52.3 en enero. El PMI preliminar seguía indicando un cuarto mes consecutivo de expansión.

Además, datos comerciales mostraban que las importaciones de cobre a China, que consume alrededor del 40% del cobre del mundo, alcanzaron solo 243,174 toneladas en enero, un 27.51% menos que hace un año.

"El retroceso que hemos visto es un reajuste de los precios (…) pero estamos entrando en un período en que la demanda debería comenzar a repuntar. Una gran cantidad de las fábricas en China están todavía cerradas. Algunos iniciarán su apertura esta semana", dijo el analista de Barclays Capital Gayle Berry.

Los inversores, que llevaron al cobre a un máximo en cuatro meses durante el año, están ahora nuevamente nerviosos por la zona euro, en medio de las elecciones en Italia, y por la política monetaria y los problemas presupuestarios en Estados Unidos.

El testimonio en el Congreso el martes del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, podría ofrecer a los inversores señales sobre cuándo la FED pretende reducir su política monetaria ultra flexible, pero aún tienen que lidiar con un inminente abismo fiscal.

En una reiteración de las tensiones vistas a fines del año pasado, la mayor economía del mundo enfrentaría recortes automáticos en el gasto en la mayoría de programas gubernamentales el 1 de marzo si Washington no alcanza un acuerdo sobre el presupuesto.

Los operadores estiman que las compras físicas se incrementen a partir de esta semana, con el sector manufacturero de China volviendo a operar tras las fiestas del Año Nuevo chino.