La operación de los bonos más riesgosos de los mercados emergentes está resurgiendo y ofrece retornos de dos dígitos a aquellos lo suficientemente valientes como para coquetear con el default.
Una recuperación de los bonos soberanos en dificultades está ayudando a la deuda en dólares de los mercados emergentes a registrar su mejor comienzo de año desde 2019. Todos menos uno de los 10 bonos de economías en desarrollo con mejor desempeño están en riesgo crediticio: desde El Salvador, adepto al bitcóin; hasta Zambia, moroso de la era de la pandemia; y Argentina, que ha sido un receptor serial de rescates.
El repunte se debe, en parte, a que los precios se recuperaron desde los niveles mínimos observados el año pasado, cuando los operadores eran demasiado pesimistas sobre las expectativas de recuperación. Pero también es un reflejo de cómo los inversionistas se volcaron hacia inversiones más riesgosas a principios de año, lo que hizo subir los activos en todos los mercados financieros.
Si bien el cambio en la percepción puede resultar temporal, por ahora es un cambio bienvenido para el pequeño universo de compradores de valores en dificultades: un comercio de bonos de alto riesgo y alta recompensa que rinde al menos 10 puntos porcentuales por encima de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
“Los países en riesgo crediticio se encuentran entre los de la clase de activos con el mayor potencial alcista”, dijo Carl Ross, socio y analista de crédito soberano de Grantham, Mayo, Van Otterloo & Co. en Boston, que cuenta con bonos tunecinos en dificultades entre sus mejores selecciones en los mercados emergentes.
Retornos tentadores
Los pagos pueden ser atractivos: los bonos de El Salvador, los de mejor desempeño de este año, estaban rindiendo más del 30% a principios de 2023. Los bonos en dólares de Argentina con vencimiento en 2029 actualmente se cotizan a alrededor de 29 centavos por dólar, un 60% sobre su valor del verano pasado.
El escenario era drásticamente diferente hace un año, cuando casi dos docenas de países en desarrollo estaban operando en territorio de riesgo crediticio en medio de temores de incumplimientos generalizados y una recesión global. Sri Lanka, Rusia y Bielorrusia el año pasado cayeron en default, mientras que Ucrania obtuvo apoyo para retrasar los pagos.
Los bonos internacionales de Pakistán perdieron alrededor de la mitad de su valor en 2022 en medio de la inquietud de los inversionistas respecto de un incumplimiento de los pagos. Un indicador de Bloomberg de bonos soberanos en dólares de los mercados emergentes cayó un 17,4% el año pasado, el peor desempeño registrado.
Revalorización del riesgo
El panorama económico mundial ha mejorado desde entonces y el Fondo Monetario Internacional aumentó su previsión de crecimiento y pronosticó un enfriamiento de la inflación. Los swaps de default crediticio muestran que el riesgo de default ha caído a su nivel más bajo desde antes de que Rusia invadiera Ucrania en febrero pasado, lo que sacudió a los mercados en todo el mundo.
El cambio en la percepción ha creado una oportunidad para los inversionistas en deuda en dificultades, que encontraron valor cuando los precios de algunos bonos en mora cayeron por debajo de la cantidad que los inversionistas esperan recibir en una posible reestructuración de la deuda.
Los administradores de dinero han invertido este año US$ 4,000 millones en fondos cotizados en bolsa que rastrean los mercados emergentes, una gran parte de los US$8.700 millones que fluyeron hacia la clase de activos, según JPMorgan Chase & Co. La semana pasada retiraron más de US$540 millones, poniendo fin a una racha de 18 semanas de entradas que alcanzó los US$ 25,300 millones.
Hasta ahora, los bonos en dólares de los mercados emergentes han tenido una rentabilidad de aproximadamente un 1.8%, el mejor comienzo desde 2019. Eso se debe en gran medida al repunte de la deuda con la calificación más baja, que ha subido casi un 12%, según datos compilados por Bloomberg.
Señales de advertencia
La perspectiva alcista de los inversionistas en deuda en dificultades va en contra de algunos consejos recientes sobre los mercados emergentes. Estrategas de Citigroup Inc. aconsejaron a los inversionistas que redujeran su exposición hasta que haya claridad sobre cuánto subirá la Reserva Federal las tasas de interés, diciendo que el consenso de un dólar más débil podría resultar erróneo.
Los analistas de JPMorgan Chase & Co. dijeron que la deuda soberana “probablemente está sobrecomprada y cara”. Y Man Group Plc., el fondo de cobertura que cotiza en bolsa más grande del mundo, está apostando a una baja.
La semana pasada, Ecuador demostró cuán rápido pueden caer las operaciones riesgosas. Sus bonos se desplomaron después de que los votantes rechazaran inesperadamente los cambios constitucionales propuestos por el presidente, Guillermo Lasso. Hasta ese momento, el país estaba entre los de mejor desempeño en los mercados emergentes. Ahora es la nación con el con el peor rendimiento.
Pero los inversionistas que han permanecido firmes en su apuesta prevén que si el sólido comienzo de 2023 continúa, los ayudará a superar los retornos del mercado.
Elegir ganadores
Hay varias razones para el optimismo: El Salvador, que los bonistas temían que entrara default, realizó el pago de un bono de US$ 800 millones que venció el mes pasado. Ghana incluyó sus bonos locales en las negociaciones con los acreedores, lo que debería ayudar a que su carga de deuda sea más manejable después de una reestructuración. Y los inversionistas confían cada vez más en que se avecina un cambio de Gobierno para Argentina.
También ayuda que las crisis infligidas por el covid y la guerra de Rusia en Ucrania eliminaron algunos de los créditos más débiles, lo que facilita la elección de los ganadores.
“Tenemos una mejor idea de qué países tienen la capacidad para hacer frente, por lo tanto, evaluar la recompensa del riesgo y el valor es más fácil ahora que en 2022 o 2021″, dijo Carmen Altenkirch, analista de Aviva Investors con sede en Londres. “El mercado está funcionando mejor en los últimos meses debido, en parte, a un mayor grado de certeza”.