Esta es una pareja tipo Bonnie y Clyde de la era de la criptografía, dicen los federales. Son personalidades dignas de TikTok que se fueron por mal camino pero con todo el glamour y ante los ojos de sus seguidores.
Ella se hacía llamar “El cocodrilo de Wall Street”. Él, por su parte, manejaba una imagen más dócil, la de “emprendedor tecnológico” y “mago ocasional”.
A las 7 a.m. del martes, su mundo se derrumbó cuando fueron arrestados por agentes federales en la ciudad de Nueva York y acusados de un delito que habría parecido absurdo en una era próspera anterior a las criptomonedas: enriquecimiento con bitcoines robados que hoy valen alrededor de US$4,500 millones.
Heather Morgan, de 31 años, y su esposo Ilya Lichtenstein, de 34, fueron detenidos por cargos de conspiración para lavado de 119,754 bitcoines. La moneda digital, dicen las autoridades, provino del hackeo de Bitfinex en 2016, una bolsa de criptomonedas propiedad de iFinex Inc., que también la opera.
En una comparecencia inicial en un tribunal federal de Manhattan el martes por la noche solo hablaron los abogados de cada uno. El juicio finalmente se llevará a cabo en Washington.
El juez les concedió a ambos libertad bajo fianza. Para Morgan la fijaron en US$3 millones y para Lichtenstein en US$5 millones. Inicialmente, el Gobierno pidió al juez que no permitiera su libertad bajo fianza. Cada uno enfrenta una posible sentencia de 20 años de cárcel, por lo que tienen motivación suficiente para fugarse, le dijo un fiscal al juez.
En el trascurso de la noche, un juez en Washington concedió una solicitud de emergencia del Gobierno de Estados Unidos de mantener a la pareja en la cárcel antes de su juicio. “Los acusados son delincuentes cibernéticos sofisticados y lavadores de dinero que presentan un grave riesgo de fuga”, dijeron los fiscales. Si bien la mayoría de los fondos robados han sido incautados, Morgan y Lichtenstein controlan otras direcciones que contienen alrededor de 7,506 bitcoines, valorados en más de US$328 millones, dijo el Gobierno.
Nada de esto podría haber sucedido hace 20 años, o 10, o tal vez incluso cinco. El audaz plan de la pareja, tal como lo expusieron las autoridades federales, así como el descarado estilo de vida que supuestamente permitía ese plan, parecían adaptados a estos tiempos, y solo a estos tiempos.
El Departamento de Justicia dice que los bitcoines robados durante el hackeo de 2016 fueron enviados a una billetera digital controlada por Lichtenstein y luego a una que la pareja controlaba a través de un complejo esquema de lavado. Las criptomonedas tenían un valor de US$71 millones cuando desaparecieron en 2016. Ahora tienen un valor de US$4,500 millones ya que los precios del bitcóin se han disparado. De la suma, agentes federales han recuperado US$3,600 millones en tokens. La pareja no fue acusada de ejecutar el hackeo en sí.
Hasta el martes, las vidas de Morgan y Lichtenstein eran dignas de las redes sociales. Incluso la propuesta de matrimonio de Lichtenstein de 2019 parecía estar dirigida a impulsar la carrera de su futura esposa como Razzlekhan, una artista especializada en collage, escultura, pintura y diseño de moda.
Morgan, por su parte, también lanzó sencillos y videos musicales en YouTube. En su canción de 2019, “Versace Bedouin”, un número que caracterizó como un “himno para inadaptados y bichos raros”, se pavonea por las calles empedradas del distrito financiero de Nueva York y viste una reluciente chaqueta dorada frente a una estatua de George Washington.
Como “Cocodrilo de Wall Street”, también rapeó sobre estrategias de inversión, llamándose a sí misma una generadora de dinero amante del riesgo y tan “astuta como un caimán”.
Morgan, quien nació en Oregón y creció en California, tiene vínculos con el extranjero, ya que vivió en Hong Kong y Egipto, dijo el fiscal el martes. Lichtenstein, con doble ciudadanía rusa y estadounidense, se mudó a EE.UU. a los seis años, según su abogado. Creció en los suburbios de Chicago y obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2002.