Hace un año, la organización internacional en defensa de los animales, PETA, hizo viral un video grabado en el fundo Mallkini (Puno) donde se maltrataba a una alpaca al momento de la esquila. El hecho puso en tela de juicio las prácticas de la cadena productiva de la fibra. ¿Cuánto afectó al sector textil?
Carlos Penny, presidente del Comité Textil de la Asociación de Exportadores (Adex), señaló que no se puede generalizar el maltrato, teniendo en cuenta que PETA es una “organización beligerante y oportunista”. Con una incursión espía al fundo, encontraron a un esquilador que fue brusco con una de ellas, pero no representa al universo de esquiladores.
Debido a la campaña de PETA algunas marcas emitieron un comunicado asegurando que no comprarían más fibra de alpaca, pero según Penny no son grandes compradores de este producto. Incluso muchas de las empresas que firmaron nunca han comprado esta fibra.
A su vez, Juan Pepper, presidente de la Asociación Internacional de la Alpaca (AIA), señaló que PETA busca generar dinero, sensibilizando al público con noticias dramáticas.
“El objetivo es desestabilizar el mercado de fibras naturales, que ya lo han hecho con la lana hace cinco años, con la cabra de mohair de Sudáfrica hace tres años, con la cashemira, angora y ahora con la alpaca. No es un hecho aislado, ha sido muy bien planeado”, apuntó.
Resaltó que todas las marcas grandes no son principales usuarios de la fibra, y apenas se usa en el 1% o 1.5% de su canasta. Añadió que el negocio de la alpaca continúa, y se sigue exportando a países como China, Europa y Estados Unidos, en sus diferentes presentaciones.
Pepper reconoció que a partir de esta situación se tiene que dar una serie de explicaciones a los clientes, que piden trazabilidad, quieren saber de qué fundo viene la fibra, y si cumple con un buen manejo animal.
Respecto al mercado de la alpaca, sostuvo que el año 2020 fue un reto para todos por la pandemia, con impacto en las exportaciones por la paralización de fábricas por hasta 70 días. Eso generó atrasos en los pedidos y en otros casos cancelaciones.
“Se esperaba que [el 2020] fuera un año dramático con caídas del 50% y 60% de las exportaciones, pero terminó siendo un año que no ha sido del todo malo. El sector cayó alrededor de 29% a 30%, pero rápidamente ha comenzado al levantarse en el 2021”, indicó.
Para Pepper, las empresas alpaqueras van a superar con creces el 2020 y en algunos casos el 2019. Incluso comentó que la reapertura de muchos mercados ha generado un colapso en los proveedores de materia prima, al punto que muchas fábricas están rechazando ventas por falta de abastecimiento a tiempo.
Acciones
Viendo el lado bueno del tema, Penny resaltó que de no haber habido campaña de PETA no se hubieran sentado a la mesa, y señala que se han unido más para defender a la fibra y hacerla más importante de lo que es.
Es así como se convocó a la Mesa Nacional de la Alpaca, en la que participan representantes de Adex, Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), PromPerú, la AIA y la Asociación Civil Alpaca del Perú (Ascalpe), entre otras
Los capítulos de la Mesa Nacional son esquila, crianza, certificaciones, manufactura, comercio y promoción, e innovación y tecnología.
Penny comentó que se reúnen todas las semanas y uno de los acuerdos ha sido reactivar la Comisión Nacional de la Alpaca (Conalpaca), que no funciona desde el 2011 y que tendrá mayor incidencia en los grandes centros de producción alpaquera.
Recordemos que el departamento con la mayor cantidad de alpacas es Puno con 2 millones de cabezas (47% de la población alpaquera), le sigue Cusco con 610,000 (14%), después está Arequipa con 430,000 (10%), y más abajo aparecen Ayacucho (6%), Huancavelica (6%), Apurímac (6%) y Moquegua (6%), totalizando 4.3 millones de alpacas, según Produce.
Pepper coindice en el punto que esto ha generado que se organice mejor el sector “para certificar toda la cadena de valor de la alpaca, comenzando por el primer eslabón que es la esquila y la trazabilidad de la fibra, las buenas prácticas de manejo animal, etc.”, acotó.
Apuntó que en el plano internacional, la empresa Textile Exchange, que se especializa en manejo sostenible de fibras naturales a nivel mundial, ha elaborado con gremios y empresas locales, lo que se conoce como el estándar responsable de la alpaca (RAS, por sus siglas en inglés), certificación que tomó casi 12 meses, se lanzó a fines de abril y se validó en mayo.
El documento establece las cinco libertades que debe tener todo animal: libre de hambre; libre de miedo y angustia; libre de incomodidades físicas; libre de dolor, enfermedades y lesiones; y libre de expresar sus conductas.
“Ese estándar ya está para implementarse en toda la cadena de criaderos a nivel nacional, que va a tomar un periodo de cinco años. La idea es tener fibra de alpaca certificada, lo que le va a dar confianza a las marcas para comprar”, precisó Pepper.
Otras acciones están relacionadas al trabajo con PromPerú para hacer una campaña educativa, de cómo es la crianza de la alpaca y cuánta gente vive de este negocio. Puntualizó que el saldo es positivo, porque desde el extranjero ven que no se quedaron de brazos cruzados.