La Agencia Internacional de la Energía (AIE), en línea con lo que hizo en la víspera (martes) la OPEP, revisó a la baja de forma significativa sus previsiones sobre la demanda mundial de crudo para este año y, aunque existe una importante incertidumbre sobre el petróleo ruso, en principio no espera graves problemas de escasez.
En su informe mensual sobre el mercado petrolero publicado este miércoles, la AIE indica que los confinamientos decretados en China ante la aparición de brotes de COVID explican buena parte de esa revisión -que se concentra sobre todo en el segundo trimestre- con respecto a lo que había calculado en marzo.
De acuerdo con las nuevas prospectivas, China absorbió 730,000 barriles diarios menos de lo anticipado en marzo, cifra que será 925,000 en abril y 690,000 barriles en mayo.
Además, los datos del primer trimestre muestran que el consumo también estuvo por debajo de lo que se daba por descontado, en particular en Estados Unidos.
Rebajan sus expectativas
Al añadir todos esos elementos, los expertos de la agencia creen ahora que la demanda global será este año de unos 99.4 millones de barriles diarios, es decir 1.9 millones más que en el 2021, pero 260,000 menos que lo que habían augurado hace un mes.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) había recortado, en su estudio mensual divulgado el martes, en 410,000 barriles diarios su estimación previa, y dejó su proyección para el conjunto del 2021 en 100.5 millones de barriles diarios, lo que supondría 3.67 millones más que el ejercicio pasado.
Por el lado de la oferta, la AIE -que reúne a la mayor parte de los países desarrollados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)- pone el acento en que la producción y las exportaciones de petróleo ruso continúan disminuyendo, en el contexto de la guerra en Ucrania y de las sanciones que le han impuesto o que planean los occidentales.
Según sus cálculos, esa producción a comienzos de abril ya ha bajado en unos 700,000 barriles diarios y esa tendencia va a agudizarse para llegar a una media de 1.5 millones en abril y a cerca de tres millones en mayo.
Es verdad que algunos compradores, sobre todo en Asia, están aprovechando la situación para captar crudo ruso con descuentos significativos.
Pero subraya que no hay signos de que se estén incrementando las cantidades importadas por China, donde la COVID ha reducido la actividad de sus refinerías y la demanda de petróleo.
Críticas a la OPEP
La agencia critica de forma mesurada, como lo viene haciendo desde hace semanas, el análisis del mercado que ha hecho la OPEP con sus socios (y el primero de ellos Rusia) sobre el hecho de que no hay escasez de aprovisionamiento.
Así califica de “modesto” el incremento de producción anunciado por la alianza OPEP+ para el mes de mayo, tras recordar que en marzo la subida fue de solo 40,000 barriles diarios, “lejos por debajo” de los 400,000 que se habían planeado y 1.5 millones inferior al que era su objetivo.
En cualquier caso, espera que de marzo a diciembre salgan al mercado 3.9 millones de barriles diarios más, excluyendo Rusia, de los cuales 1.9 millones tendrían que salir de la OPEP+. En Arabia Saudí, la subida proyectada es de 780,000 barriles diarios.
Fuera del cártel petrolero, la principal aportación debería llegar de Estados Unidos, cuya producción aumentará este año en 1.27 millones de barriles diarios.
Otro elemento para atajar las tensiones a corto plazo ha sido la decisión de la AIE el pasado 1 de abril de sacar al mercado otros 120 millones de barriles de sus reservas estratégicas, después de una medida similar un mes antes por la mitad de esa cantidad.
Una decisión que para los autores del informe está en el origen de la caída de los precios del barril de petróleo en unos US$ 10 y “proporciona un amortiguador crucial para los mercados y un alivio muy necesario para los países consumidores”.
A su juicio, eso “debería impedir que se produzca un fuerte déficit” de suministro, aunque al mismo tiempo reconocen una “gran incertidumbre”, teniendo en cuenta entre otras cosas que las reservas industriales de la OCDE siguieron reduciéndose en febrero por decimocuarto mes consecutivo y estaban ya entonces 320 millones de barriles por debajo de la media de los últimos cinco años.