El sector manufactura se contrajo en los últimos cuatro meses hasta noviembre del pasado año, resaltando sobre todo la caída de su componente no primaria, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En particular, los registros indican que en los meses de agosto, setiembre, octubre y noviembre, el sector manufacturero ha visto retrocesos de 0.21%, 0.92%, 0.63%, y 2.83%. En el acumulado, sin embargo, hay un crecimiento de 1.2%; es decir, el escenario es negativo en los últimos meses.
De manera desagregada, el subsector primario tiene una contracción acumulada (enero-noviembre) de 3.89%, lo que se condice con los nueve meses de caída que ha tenido a lo largo del año (a dos dígitos en los primeros meses).
Por su parte, el segmento no primario ha seguido una dinámica parecida a la cifra agregada del sector, con caídas cada vez más pronunciadas desde agosto, luego de haber crecido más de 14% en julio.
“Manufactura explica alrededor de14% del PBI. Su parte no primaria tiene un peso de 67% de este sector. Entonces, caídas en los bienes no primarios se reflejan rápido en las cifras del sector”, afirmó Antonio Castillo, gerente del Instituto de Estudios Económicos y Sociales de la Sociedad Nacional de Industria (SNI).
Inflación pesó en el sector
Mencionó que parte de la caída del sector se explica por el impacto de la inflación en la capacidad de compra de los peruanos, lo que afecta sobre todo a los ramas industrial de consumo masivo.
Asimismo, indicó que hay un efecto base que debe ser considerado, pues en el 2021 el sector de manufactura no primaria tuvo un crecimiento importante sobre todo en los últimos meses del año con una mayor reapertura.
“La caída de los últimos meses viene en parte por consumo masivo, que tiene un peso alrededor de 40% de la parte no primaria. Este ha tenido un retroceso agudo por los picos que se vio en la inflación. Ello ha obligado a las empresas incluso a presentar sus productos en formatos más pequeños”, agregó.
Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult, complementó lo anterior al mencionar que el consumo se ha ido moderando en el año, y que se ha sentido más en la última parte. Esto último obedece, en parte, a que se ha diluido el impacto de los retiros extraordinarios de AFP.
Al igual que Castillo, indicó que el efecto por este canal es más directo en los productos de consumo masivo.
“El consumo privado empezó creciendo fuerte y luego se fue moderando; esto impacta a las ramas vinculadas al consumo, como alimentos y bebidas, y también a productos que crecieron mucho durante la pandemia, como muebles”, dijo.
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Inversión y bienes de capital
La moderación de la inversión privada, más acentuada en los últimos meses, explica también que el descenso del sector (y su parte no primaria) haya sido en en el segundo semestre del año, según Foinquinos.
La inversión privada creció menos de 1% en los dos primeros trimestres, mientras que en el tercero se contrajo. Asimismo, según analistas, el resultado del último trimestre del 2022 posiblemente indique un nuevo retroceso.
“La caída la inversión privada ha jalado a ramas de producción de cemento o materiales de construcción, o maquinaria y equipo”, agregó.
El economista de la SNI coincidió con lo anterior e indicó el impacto que hay por la parte de bienes de capital e insumos intermedios (ambos en contracción en el mes de noviembre). “Hay una tendencia de inversiones que se ha ido parando, y eso es algo que pesa en el sector”, añadió.
Mencionó también el rezago que pueden tener estas ramas de manufactura no primaria por el lado de inversión pública en infraestructura.
¿Las protestas afectaron?
Foinquinos señaló que el clima de protestas podría haber afectado los resultados de manufactura en diciembre, debido a una menor confianza del consumidor.
“Creemos que este factor sí afecta en particular al consumo masivo, pues agrega incertidumbre a la demanda. Podría reflejarse en las cifras de diciembre, que posiblemente sigan la tendencia que se ha visto en los últimos meses, tanto para el sector como para su parte no primaria”, acotó.
Por su parte, Antonio Castillo mencionó que el impacto es focalizado en la actividad manufacturera en las zonas de conflicto como Puno. No obstante, no es algo que “mueva la brújula” en el sector.
“Las empresas más grandes en manufactura no se han paralizado por las protestas, lo hemos visto sí en, por ejemplo, Puno, pero no es algo que se refleje em cifras. Esto pasó tanto en diciembre como ahora en enero”, indicó.
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Perspectiva
El economista de Macroconsult prevé un estancamiento del sector manufacturero en el 2023, con un crecimiento cercano a 0%, menor al que estima para el 2022 (alrededor de 1%).
Asimismo, indicó que es probable que en el primer trimestre del presente año se sigan viendo caídas mensuales.
“Se espera un estancamiento en estos primeros meses. La base de comparación de los primeros meses es alta y la demanda interna comienza el año bastante débil. Hacia adelante, el desempeño de la manufactura dependerá de cómo siga esto último, y también por el frente externo, que se prevé estará más debilitado”, sostuvo.
Por su parte, el economista de la SNI señaló que la inflación seguirá siendo un riesgo latente para el sector, pero que espera que el impacto se compense con otras acciones del Estado.
“El destrabe de obras que ha anunciado el MEF podría dar soporte al sector en el corto plazo. Tenemos en contra la incertidumbre de los privados, por lo que se necesita de políticas activas”, manifestó.
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