Con el avance de la vacunación contra el COVID-19 en Perú, cada vez más integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA) están accediendo a la inmunización contra el coronavirus.
En ese escenario, ¿las empresas pueden obligar a sus trabajadores a vacunarse para laborar de forma presencial?
Al respecto, Percy Alache, director del Área Laboral de PwC Perú, refirió que si bien es recomendable la vacunación de todas las personas, no existe una norma que faculte a las empresas a plantear esta obligación.
“La empresa no puede obligar a un trabajador a vacunarse, no es un examen obligatorio; es facultativo y deseable”, subrayó.
En ello coincidió el abogado laboralista Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama. “Si un trabajador por convicción personal o motivos religiosos no quiere vacunarse, no está obligado a hacerlo”, remarcó.
Por ello los analistas resaltaron la importancia que tendrá la labor informativa que deben desarrollar las empresas para mostrar las ventajas de la vacunación y así persuadir a todos a hacerlo para evitar riesgos de agravamiento de la salud ante un contagio en el centro laboral.
Asimismo, Toyama indicó que una acción de precaución que podrían tomar las empresas es prohibir el ingreso al centro de labores del personal no vacunado que está haciendo trabajo remoto.
Pero no podría hacer ello con el personal que realiza labores presenciales, pues en la práctica sería un despido injustificado.
Percy Alache indicó que hasta ahora no se han reportado casos de conflicto por la negativa a vacunarse de algún trabajador, pero no descartó que ello pueda ocurrir en los próximas meses, con la masificación del proceso de vacunación.
Alache también refirió que está prohibido que en una convocatoria laboral la empresa tenga como requisito que el candidato acepte vacunarse, pues representaría una forma de discriminación.
Por otro lado, Toyama sostuvo que en el mediano plazo –en uno o dos años- recién podría pensarse en legislar el uso de las vacunas contra el COVID-19, cuando quede totalmente garantizada su eficacia y se haya descartado cualquier efecto secundario.
“En ese ese momento recién podría pensarse en normas como la que existe ahora para los viajes a ciertas zonas de la selva, para los cuales es obligatorio previamente vacunarse contra la fiebre amarilla”, anotó.