La modalidad del trabajo remoto, implementada durante la pandemia, ha ido extendiéndose progresivamente y la última vigencia vence a fin de mes.
El Gobierno cuenta con tres opciones: no renovar el trabajo remoto, extenderlo tal como está ahora o extenderlo con algunas modificaciones.
Al respecto, la abogada laboralista Lidia Vílchez, del estudio PPU, indicó que el Ministerio de Trabajo estaría evaluando optar por la tercera opción.
Y uno de los principales cambios en evaluación sería el disponer que los empleadores asuman parte del costo por el uso de equipos o servicios para desarrollar el trabajo remoto.
Explicó que si bien la actual norma ya contempla esa posibilidad, es flexible, por lo que en la mayoría de casos son los trabajadores los que asumen todo el costo de los servicios (electricidad, Internet, etc.).
“Para el ministerio de Trabajo no es justo que sea el empleado el que asuma todos los costos. Por lo que está evaluando modificar ese aspecto”, refirió Vílchez.
La especialista se mostró de acuerdo con esta posibilidad, pero refirió que el ministerio deberá ser cuidadoso en establecer un mecanismo para definir el costo a asumir por el empleador.
“El cambio es correcto pero debe manejarse de forma ponderada. Por ejemplo, el empleador no debe asumir el íntegro del costo del Internet, sino de forma proporcional. También se puede establecer que obligatoriamente las partes lleguen a un acuerdo y no solo sea una posibilidad, como es ahora”, sostuvo.
Gestión se contactó con el equipo de prensa del ministerio de Trabajo para consultar sobre el tema pero los funcionarios no accedieron a dar una entrevista. Solo indicaron que se prevé emitir un decreto sobre el trabajo remoto en los próximos días.
Debido a que ya estamos muy cerca del fin del periodo de vigencia del trabajo remoto, Vílchez refirió que cualquier cambio que se disponga también debe ofrecer un plazo de implementación, pues de lo contrario sería muy complicado aplicar las modificaciones desde inicios de enero.
Agregó que para cualquier cambio que se implemente se debe tener cuidado en no volver a esta modalidad muy rígida, lo cual desincentivaría su uso.
“Por ejemplo, si se dispone que todo el costo de los servicios lo asuma el empleador, eso generaría un costo altísimo y muchas empresas dispondrían el retorno al trabajo presencial”, anotó.
Por su parte Shirley Quino, laboralista del estudio Payet, se mostró de acuerdo en ampliar el esquema del trabajo remoto, pues destaca que ha tenido mucho mayor acogida en comparación al teletrabajo, debido a su flexibilidad.
Agregó que hacia el próximo año el objetivo es que se apruebe una nueva ley del teletrabajo que reemplace de forma permanente al trabajo remoto, acogiendo sus principales virtudes.
“Será importante la flexibilidad, para no estar en problemas operativos o de exigencias formales; cuando se ponen demasidados requisitos, deja de ser una alternativa para el empleador y trabajador”, anotó.