En la película “Glengarry Glen Ross” (1992), de David Mamet, los vendedores de una inmobiliaria estadounidense son forzados a competir entre ellos, para maximizar las ventas. Los dos primeros serán premiados y los dos últimos, despedidos. El film es una crítica al corruptor efecto del capitalismo del tipo “perro come perro”, que coloca al desempeño por encima de todo.