A diferencia de otros países, Perú no tiene un seguro de desempleo ni tampoco medidas de apoyo para promover empleo técnico, lo que hubiese mermado los impacto que generó la llegada del COVID-19, indicó el último reporte de la OIT. Así uno de los principales efectos que ha tenido la pandemia en materia laboral ha sido sobre los sueldos de los trabajadores en Lima Metropolitana.
Los ingresos laborales reales en Lima Metropolitana de la población ocupada cayó 10.5% en el trimestre móvil de junio a agosto 2020 en relación a similar periodo del 2019, una caída nunca antes vista desde que existen los registros en la Encuesta Permanente de Empleo, de acuerdo a un informe publicado hoy por la OIT.
Lo que implica que el sueldo pasó de S/1,800 mensuales a S/1,600 mensuales, lo que equivale equivale al obtenido entre junio a agosto 2011.
En términos de ingresos se ha retrocedido en cerca de 9 años, alertó la OIT. “Lo que no se va a recuperar en el corto plazo y por ende va tener un efecto en el consumo y en la reactivación económica, lo que debería ser una política pública inmediata”, precisó Philippe Vanhuynegem, director de la OIT para los Países Andinos.en la la presentación del estudio.
Este resultado sumado a la dramática reducción de la tasa de ocupación a nivel nacional son consecuencia de una marcada heterogeneidad y escasa diversificación productiva, una baja productividad y una amplia economía informal que genera desigualdad en los ingresos y en el acceso a oportunidades de trabajo.
“Perú no ha logrado transformar sus capacidades productivas ni transformar su mercado del trabajo en los últimos 20 años”, añadió.
“Esta escasa diversificación productiva puede ayudar a explicar por qué, según las estimaciones más recientes, Perú ha sido, en el corto plazo, el país más afectado de la región de América Latina en materia de crecimiento económico en 2020”, agregó.
El reporte indica -además- que los sectores de productividad alta (minería, servicios financieros, electricidad, gas y agua) absorben solo el 2.4% del empleo nacional; mientras que los sectores de productividad media (manufactura, construcción, y transporte y almacenamiento) ocupan al 22.6% de la fuerza laboral y cerca del 75% del empleo total se concentra en sectores de productividad baja (servicios, comercio y agricultura).
Precisamente estos sectores fueron los que registraron mayor disminución de la población ocupada: construcción (-67,9%), manufactura (-58,2%), servicios (-56,6%) y comercio (-54,5%), principalmente.
El resultado fue que, en el segundo trimestre de 2020, la población ocupada se redujo en 6.7 millones de personas a nivel nacional y la tasa de desocupación se elevó a 8.8%.
-El 2020-
Según el estudio, el año 2020 cerraría con una disminución de la población ocupada de cerca de 1,5 millones de personas con respecto al 2019, si el PBI se reduce en 13%, de acuerdo a un informe publicado hoy por la OIT.
En resumen, la economía poca productiva y poca compleja no genera suficientes puestos de trabajos y provoca informalidad y trabajadores vulnerables (45% de los trabajadores informales son autoempleados, mayormente de subsistencia). Pero, por otro lado, la informalidad es también causa de vulnerabilidad.
“De hecho, existe también una importante informalidad laboral en las empresas informales y formales, principalmente micro y pequeñas, así como en el propio sector formal. Esta otra realidad del mercado del trabajo ha tenido un impacto inmediato durante la pandemia. Los primeros trabajadores de las empresas en ser despedidos durante la cuarentena han sido precisamente aquellos que no tenían relación laboral formal y protección social”, resalta Philippe Vanhuynegem.
En Lima Metropolitana, donde la población ocupada se ha reducido en 1.3 millones de personas (-26.8%), la población joven (de 14 a 24 años de edad) fue la más afectada por la disminución del empleo. Entre junio-agosto 2020 y similar periodo de 2019 la tasa de desocupación entre ellos triplicó la obtenida por los mayores de 45 años.
En ese periodo, la caída más fuerte de la población ocupada ha sido en los trabajadores del sector construcción (-46,5%) y en empresas de 2 a 10 trabajadores (-40,7%).
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