Promover un espacio de trabajo adecuado para los colaboradores, impacta en su desempeño laboral y, por ende, en la productividad de las empresas. Sin embargo, frente a los constantes cambios y exigencias internas, en muchas ocasiones, las compañías recaen en el Burnout o agotamiento laboral, generando un impacto negativo en la salud física, emocional e incrementando la rotación de personal, entre otros efectos.
El burnout o agotamiento laboral, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad, es una problemática que viene afectando a muchos países de la región. En el Perú, para el año 2023, los casos de agotamiento laboral se elevaron en un 12% a diferencia del 2022; así el 78% de peruanos afirmó pasar por este síndrome el año 2023, según el estudio realizado por Bumeran.
Ricardo Mathews, Head of Health & Benefits de WTW, destaca que los líderes de las compañías tienen la responsabilidad de velar por la salud de cada empleado en favor de su desempeño: “este es un tema que debe ser priorizado por las empresas, que saben que una cultura organizacional que impulsa el bienestar, está fuertemente vinculada a los mejores resultados de los colaboradores generando mayor compromiso, retención y atracción.
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Como empresa empleadora, promover el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, es necesario para mantener la motivación y lograr óptimos resultados en la producción. Las organizaciones deben asumir el reto de prevenir y gestionar el agotamiento laboral para evitar la reducción de la calidad del trabajo y la fuga de talentos.
Años atrás aspectos como el salario prevalecían para la permanencia en un trabajo. Con el paso de los años, la tranquilidad emocional y mental son considerados los aspectos más valorados por los colaboradores. Existen diversos factores que afectan el desempeño de los colaboradores. Así lo confirman las cifras del estudio de Bumerán, al revelar que el 78% siente estrés, el 64% está desmotivado o desmotivada y el 43% experimenta un agotamiento fuera de lo normal por la carga excesiva de trabajo.
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En esa línea, WTW Perú, destaca tres claves que toda empresa debe considerar para la implementación de un programa que contemple un mix de premisas de bienestar para los empleados:
- Identificar las necesidades de su población. Aquí es importante conocer la percepción de los beneficios y los puntos de dolor para dar soluciones. Los empleados no son iguales en cualquier organización, desde los corporativos, el personal de primera línea, el personal de planta, el bienestar es observado de distinta manera. Reconocer las subculturas que existen dentro de las organizaciones, es necesario para entender la dinámica y preocupaciones de los grupos. Al tener esta información, es posible diseñar planes de bienestar que adapten transversalmente los beneficios, de manera que impacten a todos los sectores.
- Considerar los aspectos generacionales de una organización. Actualmente hay distintas generaciones interactuando, desde la Generación Z, hasta los Baby Boomers, ello implica que están en diferentes momentos de su vida y sus necesidades son diferentes, ya que los de Generación Z tienen una escala de valores sobre el trabajo, por ejemplo, el que prioricen el horario flexible, el modelo híbrido, los días libres, mientras que un Baby Boomer se preocupará por los beneficios de jubilación.
- Medir el programa de beneficios. Calcular las tasas de usabilidad de los beneficios, es fundamental para conocer cuáles son los más frecuentes, los más valorados y así descubrir un programa que adecúe de acuerdo al entorno. De esa manera, se optimizará el uso de recursos con información que es efectivamente valorada.
La salud mental no es sólo un desafío, sino que también significa una oportunidad para que las empresas puedan diferenciarse y entregar a sus colaboradores recursos para apoyar su salud mental, como herramientas digitales y redes de apoyo.
“Se espera que los empresarios impulsen sus estrategias de bienestar incrementando la participación de sus empleados en estos programas y capacitar a los líderes para crear conciencia sobre impulsar una cultura de salud mental dentro de la organización”, finaliza Mathews.