Un buen clima laboral trae consigo colaboradores satisfechos y gran productividad para la organización.
Por eso, es importante detectar miembros que, a pesar de ser buenos en su trabajo, su estilo dominante o simplemente su opinión transmitida con enojo y mala onda, pueden agotar las energías a su alrededor, influyendo en el ánimo de otros colaboradores.
Entre los académicos, este tipo de empleados es descrito como “tóxico”. Giancarlo Ameghino, gerente de gestión y desarrollo humano del Grupo Crosland, describe a este tipo de personal como colaboradores que “se consideran superiores y esconden temas personales y sicológicos. Hablan en negativo de los proyectos y cambios que quiere hacer la empresa, generando conflicto por lo más mínimo sin poder trabajar en equipo y culpando a los demás de sus errores”, señala.
Asimismo, además de la negatividad y desconfianza que suelen transmitir en su entorno laboral, “se muestran egocéntricos y drenan energía al resto. Tienden a victimizarse y están inconformes con todo, se creen el centro del universo”, explica Alonso Escalante Herrera, talent principal consultant de Talent Solutions Perú.
¿Por qué son así?
La licenciada Tatiana Cuadros, sicóloga clínica & organizacional, explica que por lo general suele tratarse de comportamientos que no derivan del puesto laboral, sino de sus creencias o distorsiones cognitivas.
“El éxito de estas aproximaciones depende más del líder que de la persona tóxica en cuestión. Responsabilidad en todo sentido”.
“Es importante conocer la historia personal de los candidatos antes de reclutarlos, con preguntas tangenciales para que no se sientan invadidos. En sus historias denotan que se presentan como las víctimas que han sido lastimadas”, explica.
Además, considera que sus comportamientos pueden ser, en ciertos casos, fácilmente distinguidos en una entrevista laboral, escuchando su forma de expresarse sobre situaciones difíciles.
“Ahí es cuando culpan a otros colaboradores o a sus jefes. Motivo por el cual es importante escuchar bien para no contratar personas con ese perfil. Es muy difícil que una persona tóxica disimule, pues desde que inicia la entrevista puede entrar quejándose del clima, del tráfico, de sus hijos, etcétera”, señala Cuadros.
Hacer frente
“La comunicación es un punto importante. Decirle directamente lo que se espera de ella y cómo su conducta puede afectar positiva o negativamente al resto es parte del apoyo y respaldo de una forma auténtica, para valorar a este tipo de persona que puede estar pasando por momentos delicados o críticos”, comenta Escalante Herrera, de Talent Solutions Perú.
Asimismo, los especialistas coinciden en que las personas tóxicas no mejoran de un momento a otro y las empresas tienen un rol importante en la salud mental de sus colaboradores.
“A estas personas se les facilita un proceso de ayuda sicológica, un programa de coaching o un programa de clown para ayudarlos. Después si no hay un cambio se toma otro tipo de acciones”, explica Ameghino, de Crosland.
EN CORTO
- Mejorar la situación. Por otro lado, la especialista en sicología clínica y organizacional Tatiana Cuadros detalla que el reconocimiento y la recompensa ante un buen desempeño aumentarán el sentido de pertenencia en una persona tóxica. “Es importante que les den desafíos grupales o armar concursos para aumentar la motivación. La posición del jefe debe ser estratégica”, comenta.