La Comisión de Ciencia y Tecnología del Congreso aprobó por unanimidad el dictamen recaído en los proyectos de ley 1046 y 1292, que buscan crear una nueva ley de teletrabajo (ver el Dato) que reemplace al trabajo remoto que se utiliza en la actualidad, pero que solo tendrá vigencia hasta el final de la emergencia sanitaria.
El proyecto plantea que el teletrabajo sea voluntario, es decir, que el empleador no pueda enviar a sus trabajadores a trabajar desde casa sin acuerdo previo.
Además propone que la empresa asuma los gastos incurridos por el trabajador para acceso a Internet, energía eléctrica y por provisión de equipos, salvo pacto en contrario, entre otros aspectos, como los horarios y el derecho a la desconexión.
Es decir, si es que el empleador y el trabajador no se ponen de acuerdo sobre dicha disposición la empresa sí tendría que asumir los costos relativos al teletrabajo.
Cabe indicar que los congresistas de Perú Libre votaron en contra de que se incluya la posibilidad de pactar en contrario con relación a la asunción de costos, agregado que fue propuesto por Adriana Tudela, de Avanza País.
Riesgo
Al respecto, el sector empresarial tiene preocupaciones de que la nueva ley propuesta por el Congreso pueda llevar al desuso del teletrabajo y, por ende, adelantar el regreso al trabajo presencial.
Antes de que se emitiera la norma del trabajo remoto en el 2020, el teletrabajo no era usado ampliamente por las empresas. Según el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Flavio Cruz, alrededor de 2,000 trabajadores laboraban bajo dicha figura.
Según Mario Pasco, presidente de la Comisión Laboral de la Cámara de Comercio de Lima, ello no se debía a la asunción de costos por parte del empleador, sino por la complejidad de implementar la figura entre un gran grupo de trabajadores.
“Con el teletrabajo vigente un empleador no puede, por su propia decisión, enviar a un trabajador para que labore desde su casa, sino que tiene que buscar, uno por uno, a sus trabajadores y en cada caso establecer cuáles cargas y costos asumiría la empresa, lo cual trae una complicación tremenda. Si se vuelve a la voluntariedad del teletrabajo volveríamos a dicha complejidad y bajaría el uso de la figura”, explica Pasco.
Pasco agrega que la asunción de ciertos gastos no es tan impactante como se podría creer, ya que las empresas ahorran otros costos mediante el uso del teletrabajo, como son luz y espacio.
“Incluso pueden haber casos donde el empleador no siente el gasto debido a los otros costos que se ahorra”, señala Pasco, quien además está de acuerdo de que se pueda pactar en contrario.
Opinión
Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama, señala que “debe otorgarse a las partes la potestad de ver quién asume los costos del teletrabajo, y si no hay acuerdo, el empleador asuma”.
Toyama considera que la característica principal del teletrabajo es su flexibilidad, por lo que las decisiones sobre su implementación y la asunción de costos deben recaer en el acuerdo entre el trabajador y el empleador.
EN CORTO
- Propuestas. El dictamen del proyecto de teletrabajo además plantea el derecho a la desconexión digital, el trabajo en sobretiempo y la aplicación de una jornada laboral flexible, a efectos de reconciliar la vida familiar con el teletrabajo y establecer límites claros.
EL DATO
- Dictamen. Los proyectos de ley también se encuentran en la Comisión de Trabajo, donde aún no tienen dictamen. El pleno del Congreso podrá decidir si espera a la aprobación de dicho dictamen o si procede a la votación únicamente con el que ya fue emitido en la Comisión de Ciencia.