Cerca de 180 millones de estudiantes han resultado afectados por la pandemia en la región, la más perjudicada del mundo. Las pérdidas de aprendizaje durante el primer año de la pandemia han sido del 90 % en primaria y 72 % en secundaria en la región, según la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
¿Cómo debe enfocarse la transformación digital que precisa Iberoamérica en el momento actual de la pandemia? ¿Cómo hacerlo de manera conjunta y coordinada?
La brecha digital se evidenció en las medidas de emergencia desiguales y heterogéneas que se pusieron en marcha en los países para frenar la pérdida de aprendizajes, a la par que se sorteaban problemas de conectividad y acceso. Según cifras del BID, al menos 77 millones de personas no tienen acceso a internet de calidad en áreas rurales de América Latina y el Caribe, al tiempo que la probabilidad de deserción escolar de jóvenes entre 12 y 17 años ha aumentado un 13%.
El secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, dijo que en política pública hay que definir lo urgente y lo importante. “Con la irrupción de la pandemia había que atender lo urgente con mecanismos para paliar la situación de manera integral”.
No obstante, reconoció que en Iberoamérica la mayoría no tenía esas herramientas: “faltaba calidad, equidad e inclusión”.
Lo importante, de acuerdo con el secretario general de la OEI, es que la región tenga “una propuesta de educación híbrida que también mejore la productividad que hace 60 años no mejora, y para prevenir nuevas pandemias”.
Ministros y ministras de Educación de Iberoamérica, de la mano de especialistas y expertos en la materia, tratan de responder a estas y otras cuestiones en Madrid en el seminario internacional «Educación para el siglo XXI en América Latina y el Caribe: prosperar, competir e innovar en la era digital».
El encuentro, que se lleva a cabo este martes en la Casa de América de Madrid, está liderado por la OEI y BID.
A su turno, Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, mencionó que “la región tiene la gran oportunidad de hacer una inversión focalizada en la transformación digital de la educación, en formar docentes de alta calidad, en dotar a las escuelas en zonas rurales y de alta pobreza con infraestructura del Siglo XXI”.
“Se necesita un verdadero compromiso y convicción de toda la comunidad educativa (sector público, privado y sociedad civil) para poder cerrar vacíos y brechas históricas, y asegurar que los jóvenes desarrollen las competencias que necesitan para las demandas del mercado laboral no solo de hoy sino del futuro”, resaltó.