En pleno siglo XXI, las mujeres aún tienen muchas dificultades que afrontar en el país. A pesar de que la cuota femenina en altos cargos es superior al 30%, no es suficiente.

Por ello, Page Executive reunió a varias de las principales ejecutivas del Perú con un solo propósito: definir el perfil de la mujer ejecutiva de hoy y los retos del mañana.

Educación

Los prejuicios de nuestra sociedad han originado que las mujeres, en muchas ocasiones no se sientan psicológicamente capaces de asumir cargos gerenciales. Así lo cree Rosario Bazán, gerente general de Danper.

Esto genera que el universo tangible de mujeres preparadas para asumir como ejecutivas sea reducido. "Estamos perdiendo talento por no darle oportunidad a las mujeres", reclamó.

Por su parte, Blanca Quino, directora de Delossi, se mostró convencida que el trabajo debe comenzar 'en las canteras'. "¿Quién está mirando este mapa de chicas talentosas? Se requiere una plataforma que monitoree el talento femenino", apuntó.

La gran oportunidad está en estas mujeres, subrayó Claudia Cornejo, gerente de Finanzas de Alicorp.

No obstante, lamentó que existan 'techos' que aún deben romper para escalar profesionalmente.

Familia

"Las mujeres no se creen que pueden formar una familia y desarrollar una vida profesional", expresó Irina López, presidenta del Comité de Medios de ANDA.

Explicó que ser empresaria no significa renunciar a tu familia, y que el temor a no contar con tiempo suficiente para dedicar a los hijos debe superarse.

"Muchas se quedan en mandos medios porque creen que no van a poder con la maternidad", lo cual es falso, observó.

Mariana Garland, gerente de Operaciones de Maquisistema, coincidió con López. "Ser madre no impidió que pueda manejar mi hogar", anotó.

Incluso el mismo permiso de maternidad no debería ser obstáculo. Vanessa Montero, directora de Marketing de Alicorp, sugirió que el padre o la madre deberían tener el derecho de elegir quién asume cuidar al bebé durante ese período.

Empresa

La gerente general de Etek, Liliana Nicoli, resaltó como uno de los principales problemas la poca visibilidad que tienen las mujeres en las empresas.

Esta tara obedece al prejuicio de que la mujer latina debe ser sumisa.

Vanessa Montero se sorprendió cuando, al llegar a Perú, recibió feedback negativo por ser una ejecutiva firme y exigente con sus trabajadores.

"Está bien visto que un hombre sea duro o firme, pero en una mujer no", se lamentó.

En el caso de las empresas familiares, Mariana Garland considera que la situación se complica.

"En grupos familiares es más complejo. Como hay tanta cercanía, corres el riesgo de que tu opinión no valga tanto", reveló.

Añadió que, si bien "nuestra generación confía más en un hombre. Debemos romper el machismo con confianza".

Alimentar esa confianza es tarea de todos.