El 18% de peruanos realiza teletrabajo, según un estudio de Ipsos. Recientemente el Gobierno extendió esta modalidad hasta julio del 2021, por lo que se esperan cambios en las formas de gestionar una empresa y el talento humano.
Alfredo Pérsico, co-founder y CEO en FutureLab, considera que hay seis incidencias de la extensión del teletrabajo que impactarán a las empresas y a sus colaboradores.
Alta demanda de conexión
El teletrabajo ha traído consigo una alta demanda de teleconferencias y llamadas, por lo que la sincronización de los tiempos debe darse en un espacio de respeto. Normalizar el teletrabajo obliga a gestionar de mejor manera la conexión laboral, calibrar mejor los tiempos y aprender a adaptar el espacio. Convivir con la computadora prendida todo el tiempo, por ejemplo, hace que el ritmo de conectividad sea mucho más intenso e impacte negativamente en la productividad. Por eso, debemos estar atento al impacto en la salud por fatiga mental, ansiedad y repercusiones psicológicas.
Transformar la gestión del tiempo
Debemos aprender a gestionar los tiempos de manera más responsable. El teletrabajo ha reducido los espacios pequeños que solíamos tener entre una acción y otra, los cuales solíamos usar para realizar un breve trabajo de introspección o pequeñas pausas para pensar en crear. Esta nueva forma de trabajo obliga al colaborador a ser más dueño y responsable de su propio proceso de coaching para organizar su tiempo. Las empresas deben fortalecer herramientas y recursos para que el colaborador se apropie de esa gestión del tiempo.
Comprender los distintos contextos
Las empresas deben comprender que cada colaborador vive un contexto distinto. Deben entender si viven con alguien más (tiene hijos o adultos mayores a su cargo) o solos, o si cuentan con elementos y espacios en casa que propicien el “correcto” desarrollo del teletrabajo. Esto enmarcará la responsabilidad de las empresas por procurar que cuenten con elementos del espacio físico que faciliten las tareas.
Gestionar una cultura de teletrabajo desde la comunicación
Hemos entrado a una época en la que muchos hablan de la sobrecomunicación. Sin embargo, hay que entenderla en un aspecto positivo, en la que es necesaria para gestionar una cultura de teletrabajo. No solo es informar, reportar y validar. No hay que dar por sentado o sobreentendido nada. Hay una mayor demanda de comunicación que antes, la cual establece rituales de sincronización y minimiza la complejidad que pueda existir para llevarla a cabo. Las reuniones “one on one” con los colaboradores son una forma de compañía cercana que también brinda soporte y ayuda en los procesos creativos. Se trata de democratizar las conexiones entre los trabajadores y los equipos.
El nuevo perfil del líder
Debe dotarse de empatía, y aprender a ser coach y mentor. El líder marca la cultura del teletrabajo y fomenta sesiones de soporte y acompañamiento. Debe apelar al optimimsmo y buen humor. Esto se basa en sacar a los trabajadores de la cotideanidad, de todo aquello que tiene que ver netamente con la funcionalidad, para conectar con lo humano y fomentar espacios de fraternidad. Además, debe ser tolerante ante lo que pueda surgir como imprevisto o contingencia en el día a día de los colaboradores.
Fomentar la confianza y afianzar la seguridad en el trabajo
Otro punto fundamental es reducir la inseguridad y la incertidumbre laboral que puede generar la coyuntura. Son muchos los trabajadores que sienten que penden de un hilo porque muchas personas están esperando por su puesto. Las empresas deben dotar de seguridad psicológica y laboral a sus colaboradores para que sientan que pueden seguir una línea de carrera y desarrollarse en la organización. Las empresas deben promover también los buenos hábitos de salud y seguridad en casa. ¿De qué sirve que evitemos que se arriesguen optando por el trabajo remoto si los colaboradores no se cuidan? El equilibrio de lo emocional y lo físico son vitales en al gestión humana a distancia.