Primero la guerra comercial entre China y Estados Unidos y ahora la pandemia del coronavirus: al cobre de Chile le llueve sobre mojado, pero los signos de recuperación que muestra la economía de China, el mayor consumidor del metal, da unos destellos de esperanza.
En medio del descenso generalizado de precios de las materias primas ante el avance mundial del coronavirus, el precio del metal acumuló esta semana una caída de 12.2%, para alcanzar su menor valor en tres años y medio, transándose en US$ 2.2 la libra física en la Bolsa de Metales de Londres. En todo el año, la caída bordea el 20%.
Las leves señales de recuperación de China tras superar la peor etapa de los contagios da cierta esperanza al cobre de Chile, pero todavía es muy pronto para hacer proyecciones.
“Sin duda que tener a China en recuperación es una situación positiva. De solo imaginar que este problema del virus Covid-19 afectara simultáneamente al mundo occidental y a China estaríamos en una situación inimaginable”, explica Juan Carlos Guajardo, director de la consultora especializada en minería Plusmining.
Pero "todavía no se pueden descartar rebrotes en China y la situación en Occidente parece ser de mayor difícil control", agrega.
Las autoridades chilenas son algo más optimistas. “Este es uno de los precios más bajos desde hace una década y lamentablemente esto va a durar mientras esté el tema del coronavirus. Pero, es y sigue siendo un tema estacional en donde no hay muchas opiniones certeras que dar”, dijo el ministro de Minería, Baldo Prokurica.
Según Prokurica, "esto se acabará en mayo o junio y posteriormente, la economía de China especialmente, debería recuperarse", dijo.
Chile es el principal productor mundial de cobre con casi 28% de la oferta global del metal. El cobre representa la mitad de las exportaciones del país y entre 10% y 15% del PBI chileno.
La caída en el valor internacional del metal representa un duro golpe para las arcas chilenas: por cada centavo de dólar que baja como valor promedio anual, el fisco deja de recibir entre US$ 24 millones y US$ 40 millones, según estimaciones del mercado.
Industria en marcha
A diferencia de lo que ha ocurrido en otros países productores como Perú, Chile mantiene hasta ahora las faenas productivas.
Esta semana, cuando suman 434 infectados de coronavirus en territorio chileno, el país cerró sus fronteras, colegios, centros comerciales, restaurantes, cines y pubs pero todavía no decreta cuarentena total.
“Hasta ahora Chile se ha enfocado a intentar mantener las operaciones, mientras Perú ha optado por detenerlas. En el caso de Chile, se podrán mantener las minas en operación mientras no existan contagios ni la cadena logística se vea afectada”, señala Guajardo.
La cuprífera estatal Codelco firmó este viernes un acuerdo con sus trabajadores para la continuidad de la operativa.
“Para la prevención de contagios del coronavirus, la compañía ha implementado una serie de medidas en cada centro de trabajo”, como la disminución de las dotaciones e incrementar las acciones de desinfección y aseo, según anunció en un comunicado el viernes.
Ante el descalabro del precio del cobre, la minera anunció también que "implementará intensas medidas de disminución de costos, aumento de productividad, optimización de bodegas, reprogramación de proyectos, y una serie de acciones que están en evaluación".
Por su parte el sindicato de trabajadores de la Minera Escondida, el mayor yacimiento mundial de cobre, controlado por la gigante BHP, anunció que pedirá medidas legales para el cierre de faenas en caso de que no se aumenten las medidas de seguridad para enfrentar al coronavirus.
Si se produce una baja en la oferta en el mundo por detención de extracción, la situación podría apuntalar el precio futuro y beneficiar a los países que logren mantener la producción, plantea por su parte el experto en minería de la Universidad Católica Gustavo Lagos.
“La reducción de la producción podría ocurrir más rápidamente que la reducción de la demanda, ya que las fuentes de producción de cobre están concentradas en muchos menos sitios que el consumo”, resume Lagos.