El Perú enfrenta una particular coyuntura favorable por un factor “extraordinario y temporal” que parece bueno en el corto plazo, pero oculta varios vacíos, que aún le falta avanzar en los temas tributarios al país, explica Luis Alberto Arias, exjefe de la Sunat.
Durante los últimos meses el país viene experimentando una reducción en el déficit fiscal, que según Luis Arias Minaya llevaría incluso a tener al final del año una tasa de 0%, “no debería sorprendernos”, dijo en el evento Desafíos 2022.
Sin embargo, sin el efecto extraordinario de ingresos el déficit fiscal podría llegar a un 3% del PBI, lo que a su entender se convertiría en una factura que la pagaremos todos más adelante.
Ante ello, no se descarta, -aunque observa que sería poco probable- la aplicación de cambios en los temas tributarios, e indica cuáles podrían darse.
Ingresos extraordinarios, no solo de la minería
Luis Arias Minaya sostiene que los ingresos del Gobierno han crecido por el boom minero, lo que ha llevado la recaudación de dicho sector a niveles superiores al 3% del PBI.
“Este crecimiento se observa a pesar de los problemas que existen en la minería, si los problemas se resolvieran es probable que los ingresos alcancen el pico anterior (de los años 2008, cuando representó el 3.5% del PBI)”, indicó.
De otro lado, el incremento de los ingresos se observa por el alza de los precios de las importaciones que mejora a la vez los ingresos fiscales, por el IGV- importación.
“Se ha pasado de 3.7% del PBI a 4.68% del PBI en el 2021, que se da por efecto precio y por efecto del costo de transporte, siendo un factor temporal”, indicó.
El exjefe de la Sunat añade que, otro elemento adicional en la mejora de ingresos son los impuestos a la distribución de dividendos, que se retiran de la empresa y que no se reinvierten, que es un monto importante.
“Este monto es casi el doble en el 2021, respecto a los años anteriores. Claramente se observa como las empresas han preferido distribuir dividendos en el 2021 y eso se mantiene en el 2022″, dice Arias.
Un cuarto factor que explica este crecimiento extraordinario es la regularización del Impuesto a la Renta sin precedentes, que se ha visto en marzo y que verá también en abril.
“La Sunat ha dicho que ha recaudado más de S/ 13,000 millones en regularización. Es la más alta desde que existen datos y en términos reales es casi el doble del año pasado”, mencionó.
Luis Arias Minaya sostiene que este incremento se debe al boom minero, por un lado, pero también se debe al hecho que el año pasado, los coeficientes del Impuesto a la Renta se determinaron en función al año anterior, que había sido el año de la pandemia.
“Los pagos a cuenta del 2021 no reflejaron el rebote de la actividad económica y entonces la regularización de los meses de marzo y abril del 2022 refleja claramente este rebote, que no se va a repetir el próximo año”, indicó.
Así, hay cuatro factores que están impulsando el incremento de los ingresos, pero a la vez la reducción del déficit fiscal.
Ingresos que ocultan problemas
“Este crecimiento de los ingresos es temporal, extraordinario y en época de vacas gordas en términos de precios, pero esconde problemas estructurales de la tributación peruana”, indicó Luis Arias Minaya.
Y, es que el Perú tiene una baja presión tributaria, que está siempre por debajo del promedio de América Latina con amplia brecha de diferencia, aunque se ha reducido por los factores de ingresos extraordinarios, pero una vez que desaparezcan, la distancia con América Latina volverá a ser mayor.
El otro problema que identifica Arias Minaya, son los beneficios tributarios que alcanzan el 2% del PBI y son crecientes, como la reciente reducción del ISC e IGV.
“Es una medida populista, pero la teoría económica establece que cuando se rebaja el IGV, el traslado de precios es temporal, aún en los casos más teóricos donde hay competencia perfecta”
Otro de los problemas es la evasión, que se mantiene alrededor de 33% en el IGV y en 48.5% en Impuesto a la Renta empresarial.
“Esta tasa de evasión es significativamente superior a los socios de la Alianza del Pacífico, mayor a la de Chile, Colombia y México, y no tenemos un plan de mediano plazo integral para reducir la tasa de evasión, que no es un problema que solo lo resuelva la Sunat, sino que es una sinergia de diferentes instituciones, con Sunarp, Reniec, INEI, entre otras”, expresó.
Pese al esfuerzo de OCDE para reducir la transferencia de utilidades (BEPS), Luis Arias considera que no hay evidencia que esté disminuyendo, por ello se ha aprobado un Impuesto a la Renta Global, que espera tenga algún resultado.
“Esto significa elusión tributaria importante, que no solo se trata del Perú, sino de la mayoría de los países de América Latina”.
Otro problema es la recaudación del IR personal, que según explica el exjefe de la Sunat, en el Perú era muy baja a inicios del 2000, que empezó a crecer lenta, pero sostenidamente, para luego estancarse, porque hubo reformas en el IR que no fueron las adecuadas, lo que achicaron la pequeña base tributaria del IR Personal.
A ello, se suma que el impuesto a la propiedad, que en este caso es el Impuesto Predial, tiene una recaudación muy baja.
En el Perú el Impuesto Predial representa alrededor del 0.23% del PBI, cuando en Chile es tres veces más 0.78% o en Brasil 1.58% del PBI.
“Los problemas son que no tenemos un catastro nacional de predios y los autovalúos están muy rezagados. Eso hace que el impuesto predial sea regresivo”, expresó.
Como un tema adicional, expresa Luis Arias está el sistema tributario en Perú que promueve la atomización de empresas.
“Las empresas grandes, a inicios del 2015 habían 600 mil empresas que tributaban con el Régimen General y hoy hay 200 mil. El fracaso de la reforma fue la creación de regímenes para las mypes, y lo único que trajo fue menores pagos de impuestos para 400 mil empresas y no trajo formalización”, dijo.
Medidas tributarias sobre la mesa
Ante ello, reitera que los ingresos extraordinarios harían que el año 2022 se culmine con un déficit convencional, de acuerdo con las cifras que hemos observado, cercano a 0% del PBI hacia fin de año, “no deberíamos descartar niveles de déficit de ese nivel”.
Sin embargo, estima que el déficit fiscal estructural sería del orden del 3% del PBI.
“Eso indica que, dado que veo pocas probabilidades que se hagan mejoras tributarias en este quinquenio, hasta cuando el boom minero y los factores extraordinarios desaparezcan, este déficit estructural implica que vamos a tener que pagar la factura en el mediano plazo, y eso es lo que genera mayor preocupación”, remarcó.
Pese a ello, pone en la mesa los cambios que podrían llevarse a cabo, como podrían ser:
- La insistencia en la modificación del régimen fiscal minero, “el actual ministro de Economía no la ha descartado, es verdad que el informe del Fondo Monetario sostiene que hay un espacio moderado, pequeño, para subir tasas”. Ese es el argumento que está usando el gobierno, el informe del FMI descartó todas las propuestas del MEF menos esa, y un ligero ajuste en la regalía, entonces podría ser que el gobierno insista en hacer estas modificaciones.
- Algunos cambios en la propuesta enviada el año pasado, e insistir en modificar la tributación sobre alquileres, integrándolas con las rentas de trabajo.
- La simplificación de los regímenes tributarios para pequeños contribuyentes, reducirlos de tres a uno.
- Reducir el límite de tributación para las personas de cuarta categoría, trabajadores independientes.
- Modificar rentas netas presuntas para empresas no domiciliadas.
- La insistencia en los tributos municipales, impuesto vehicular fue la propuesta que envió el exministro de Economía, Pedro Francke al Congreso.
- “Hay un impuesto al patrimonio que la Sunat viene trabajando hace varios años, lo tiene listo”, veo una probabilidad baja, pero es probable que esto en algún momento se envíe al Congreso.
- Por otro lado, con un escenario de más populismo, entre el Congreso y el Ejecutivo, puede que se aprueben mayores exoneraciones tributarias, sobre todo si vemos que la caja fiscal va a estar boyante en el corto plazo.
Finalmente, remarca que con los ingresos extraordinarios es poco probable que el Gobierno haga cambios en el corto plazo, no va a tener urgencia de nuevos recursos, porque además no observa mucho respaldo político en el legislativo.