La economía rusa se ve abocada a una transformación estructural a gran escala para hacer frente al impacto de las sanciones sin precedentes que Occidente ha impuesto a Rusia por su ofensiva militar en Ucrania, lo que implica un largo periodo de fuerte incertidumbre, indicó el Banco de Rusia.
Rusia cerró el 2021 con un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de 4.7% en comparación con el año anterior tras recuperarse de la recesión en la que se sumergió por la pandemia del coronavirus, según el Servicio Federal de Estadística (Rosstat).
Se trata del mayor aumento del PBI desde el 2008, cuando la economía rusa avanzó un 5.2%, según la agencia oficial TASS.
El Banco Central de Rusia (BCR) auguró aún el 21 de febrero -tres días antes de que el Kremlin anunciara lo que denominó una “operación militar especial” para “desnazificar y desmilitarizar” Ucrania- un crecimiento de PBI de 5.5% interanual en el primer trimestre y para el conjunto del año un avance de entre 2% y 3%.
El PBI ruso sufrirá
Sin embargo, admitió que las sanciones internacionales contra el propio banco, varias entidades financieras y contra múltiples sectores económicos del país provocarán una “reducción del PBI en los próximos trimestres”, aunque no se atrevió a poner cifras a la “desaceleración económica” que sufrirá el país.
Tampoco se decanta por una estimación de la inflación interanual, que se ha “acelerado significativamente desde principios de marzo”.
La tasa de inflación en Rusia entre el 5 y el 11 de marzo subió a 12.54% frente al 10.42% de la semana precedente, según el Ministerio de Desarrollo Económico.
Pese a ello, la junta directiva del BCR mantuvo hoy el tipo de interés en el 20%, tras haberlo prácticamente duplicado el mes pasado (desde el 9.5%) por las primeras sanciones occidentales.
La gobernadora del Banco, Elvira Nabiúlina, aún pensaba a mediados de febrero que la inflación iba a volver en el 2023 al objetivo del 4%, pero la situación actual le ha obligado a retrasarlo al 2024.
Rublo despreciado y salida de cientos de empresas
La entidad admite un panorama oscuro para la economía por la salida de capitales, de empresas extranjeras, la inflación, una tasa de desempleo que irá en aumento tras situarse en diciembre en un 4.3%, según Rosstat, y la fuerte depreciación del rublo.
La moneda nacional se situaba tras la decisión del BCR en 103.61 rublos por dólar y en 112.85 rublos por euro.
“La economía rusa está entrando en la fase de una transformación estructural a gran escala, que irá acompañada de un período temporal pero inevitable de aumento de la inflación”, señaló el BCR.
Las empresas de muchas industrias informan sobre dificultades logísticas y de producción en medio de las restricciones comerciales y financieras impuestas a Rusia, admite el Banco.
Solo en Moscú unas 300 empresas extranjeras -de varias miles- han suspendido su actividad, según dijo hoy el alcalde, Serguéi Sobianin.
“Un fuerte aumento de la incertidumbre pesa mucho sobre el sentimiento y las expectativas de los hogares y las empresas”, reconoce la entidad monetaria rusa.
El BCR advierte de que, a “la economía rusa se enfrenta a una incertidumbre considerable con respecto a la velocidad y la magnitud del ajuste de la oferta agregada en respuesta al reciente aumento de las restricciones comerciales y financieras”.
Para Nabiúlina, propuesta hoy por el presidente ruso, Vladímir Putin, para un mandato de otros cinco años al frente del BCR, la adaptación empresarial al cambio, incluido en las cadenas de producción y suministro, se convertirá en un factor clave.
Medidas contra el paro
“Las medidas de estímulo que están adoptando el Gobierno y el Banco de Rusia limitarán la escala de la desaceleración económica. El camino de recuperación de la economía rusa dependerá en gran medida del grado y la velocidad de su ajuste a las nuevas condiciones”, asegura el Banco de Rusia.
La viceprimera ministra rusa, Tatiana Gólikova, afirmó que el Gobierno ha destinado 78,800 millones de rublos (US$ 7,503 millones o 6,807 millones de euros) para apoyar el mercado laboral, y el ministro de Trabajo y Protección Social, Antón Kotiakov, prometió fondos para capacitar a unos 250,000 empleados de empresas que reestructuran sus procesos con nuevos equipamientos.
El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, señaló que “las sanciones siempre solo nos han reforzado”, ya que Rusia enfrenta restricciones desde el 2014, cuando se anexionó la península ucraniana de Crimea y comenzó a sustituir las importaciones por producción nacional, aunque no lo ha logrado en todos los sectores.
Putin reconoció el jueves que las sanciones contra el sector bancario, incluida la congelación de reservas en divisas del Banco Central, y contra el suministro de varios bienes “obviamente crean bastantes problemas, pero también abren nuevas oportunidades”.
“Se requerirán profundos cambios en nuestra economía. No lo ocultaré, serán difíciles. Llevarán a una inflación temporal y a un aumento del paro. Nuestra tarea es minimizar estos riesgos”, dijo.
De momento Rusia parece haber evitado una suspensión de pagos, después de que Citibank, agente pagador de los tenedores de bonos extranjeros en Rusia, recibiera los US$ 117.2 millones que el Estado ruso debía desembolsar en concepto de intereses de eurobonos, informó el Ministerio de Finanzas.