Al inicio de la semana los precios del petróleo continuaron reaccionando al alza debido al avance de la invasión de Rusia en Ucrania y por las sanciones económicas de Occidente, las cuales se suman a las preocupaciones sobre el suministro del gas natural ruso en Europa.
Según reportó Reuters, en la víspera (lunes) los futuros del crudo Brent sumaban un 5% a US$ 102.83 el barril onza a las 10:33 GMT, después de haber alcanzado un máximo de sesión de US$ 105.07 el barril en las primeras operaciones del día.
Por su parte, los futuros del petróleo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) aumentaron en US$ 4.19 o un 4.6%, a US$ 95.78 el barril después de llegar a un techo de US$ 99.10 en los primeros negocios.
¿Qué le espera a Perú?
Perú es un importador neto de petróleo (sus importaciones superan a sus exportaciones), por lo que el efecto de los mayores precios haría que los dólares destinados a la compra de este recurso sean mayores.
Cabe resaltar que, según datos del Banco Central de Reserva (BCR), para el 2021 las importaciones de petróleo (crudo y derivados) representaron alrededor de US$ 5,862 millones, mientras que las exportaciones fueron de US$ 2,007 millones.
Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, indicó que, de mantenerse el escenario actual, y que se tenga un precio promedio por encima de los US$ 100, entonces las importaciones peruanas de crudo podrían separarse de manera considerable de su nivel en el 2021 y acercarse a los US$ 9,000 millones.
Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), indicó que, en un análisis de corto plazo, la influencia principal en precios es en el transporte y cómo este afecta a través de las importaciones y la actividad interna.
“El que se tenga un precio en esos niveles, va a encarecer los precios de logística internacional y local, y con ello el precio de las importaciones y alimentos. Ya en los últimos días se han visto ajustes hacia arriba en el precio de los combustibles”, indicó.
Con respecto a un posible impacto en la producción de electricidad, Cesar Butrón, presidente de directorio del COES señaló que, si bien el petróleo (y carbón) sí es usado en la producción de energía, su utilización es muy reducida con respecto a otros insumos como el gas natural.
“En el Perú, la producción eléctrica es esencialmente en base a agua (hidroeléctrica), gas natural y algo de energías renovables. Lo que suceda con el petróleo y su precio tiene un efecto marginal en la producción eléctrica, a diferencia de lo que representa para el transporte”, indicó.
¿Seguridad energética?
Rómulo Mucho, ex viceministro de Minas, señaló que el consumo de Perú por día está en alrededor de 250,000 barriles, mientras que su producción es de 40,000.
“Hay una importante brecha que expone la incapacidad para que Perú pueda cubrir su propia demanda energética con recursos propios. El país tiene una alta exposición y es muy muy sensible a que el escenario actual le impacte. Con un precio por encima de US$ 100 el gasto diario estaría alrededor de US$ 21 millones. Tenemos reservas por 600 millones de barriles que pueden abastecernos por siete años, y que, al ser utilizadas, propiciarían más perforaciones y posiblemente reactivar la industria”, manifestó.
En relación a ello, el representante de ComexPerú señaló que las inversiones en hidrocarburos en el 2021 fueron menos de US$ 300 millones, de las cuales solo US$ 3 millones corresponde a exploración.
Asimismo, mencionó que, debido a la poca efectividad para solucionar los conflictos sociales y dar garantías, no se ve que la situación de Perú como importador neto de petróleo se revierta, a pesar de tener potencial de recursos disponibles.
“En el caso particular del petróleo la inversión en exploración es cero. Desafortunadamente, tanto el petróleo como la minería generan muchos conflictos sociales en el interior del país, lo que evita inversiones en temas de exploración o lo hace sumamente complejo. Hay evidencias del éxito de este tipo de inversiones como en Canadá y Australia, y Perú debería tratar de emular estos casos. Por otro lado, además de desarrollar la industria de hidrocarburos también se debe buscar tener como fuente energías renovables como la hidroeléctrica”, afirmó.
En línea con ello, Pablo de la Flor, ex director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), señaló que lejos de promover el desarrollo de la industria, el marco normativo vigente desalienta la inversión, y se refleja en que cada vez se invierte menos en exploraciones y desarrollo de nuevos pozos.
En específico, mencionó que son varios los contratos petroleros del noroeste del país que están por vencer y resulta fundamental tener claridad sobre el destino de los mismos a fin de promover las inversiones requeridas. “Hay presiones para que PetroPerú tome el control de estos campos, a pesar de su demostrada incapacidad de gestión, sobreendeudamiento y las sospechas de corrupción que se ciernen sobre sus directivos”, precisó.
El ex director de la SNMPE indicó que resulta crucial repensar el esquema de regalías vigente, adoptando tasas diferenciadas para inversiones de mayor riesgo, y que se acerquen a esquemas vigentes en otros países de la región. “Es inaplazable homologar los plazos de los contratos petroleros con los gasíferos de mayor duración. Algunas de estas iniciativas están siendo revisadas por la Comisión de Energía y Minas del Congreso, que debiera actuar sin temores ni dilaciones”, manifestó.
Añadió que se debe asegurar la operatividad del oleoducto norperuano (ONP). “El ONP ha venido registrando una serie de atentados, sabotajes y ocupaciones de estaciones que han impedido su adecuado funcionamiento (no operó el 25% del tiempo en los últimos cuatro años). Resulta un contrasentido que el país invierta casi US$5,000 millones en modernizar la refinería de Talara cuando no podemos asegurar la disponibilidad del crudo que la alimenta a través del ONP”, afirmó.
¿Y el gas natural?
La injustificada invasión de Rusia a Ucrania, y las sanciones alrededor de esta, también afectan al precio del gas natural (se debe a que Rusia es el proveedor clave de este insumo en Europa). Sin embargo, esto no afectaría a Perú.
Butrón mencionó que las cotizaciones internacionales del gas natural están desacopladas con el precio que se maneja en el mercado local.
“El gas natural en el caso del Perú, por contrato específico del Lote 88, para uso nacional no está sujeto a su cotización internacional. Es decir, puede subir el precio en el extranjero y no trasladarse el incremento al Perú, pues el reajuste es mucho más lento. Si el precio escalara por un plazo largo, por ejemplo un año, sí podría notarse un impacto, aunque mucho menor a lo que se vería en el mercado internacional. En estos primeros meses no habrá ningún efecto”, afirmó.
Dato
- El precio promedio de petróleo WTI en lo que va del año, según datos del BCR, está en US$ 87.