¿Perú tendrá su propio satélite de comunicaciones? El Ministerio de Transporte y Comunicaciones informó -a inicios de semana- la intención de adquirir un satélite de comunicaciones para “cerrar las brechas digitales existentes”.
En concreto, desde el viceministerio de Comunicaciones se informó que se podría definir a fin de año la posibilidad de contar con un satélite propio. Para tal fin se creó un grupo de trabajo que en seis meses deberá “plantear alternativas de soluciones satelitales”.
Este es el tercer grupo de trabajo que se forma en materia de comunicaciones. La primera -en octubre 2021- es respecto a la red dorsal y la segunda – en junio 2022- sobre la ley de banda ancha. En el caso del primer grupo de trabajo hasta la fecha se desconoce los avances obtenidos.
En el caso del satélite de comunicaciones, ¿cuánto le costará al Estado peruano adquirir una tecnología capaz de llevar internet, telefonía o señal de televisión a las zonas donde no llega otros tipos de infraestructuras, como las antenas o la fibra óptica?
Christian Cheé Cucalón, experto en comunicaciones y docente en la maestría de Ingeniería de Telecomunicaciones de la PUCP, explicó que generalmente los países que toman la decisión de comprar un satélite de comunicaciones, optan por los satélites GEO.
Estos son satélites que están a 36,000 kilómetros de altura terrestre y cuyo principal atractivo es que se mantienen fijo, en una posición orbital, en la línea ecuatorial por lo que -al estar encima del país- permiten brindar el servicio de comunicaciones. Existen dos tipos de satélites GEO: el tradicional de baja capacidad y los de alta capacidad denominados HTS.
“El costo depende del tipo de satélite por la que opte el país. Por ejemplo, países como Argentina, Bolivia y Venezuela han comprado satélites tradicionales o de baja capacidad. Mientras que países como Brasil tiene un satélite HTS. En el caso de las HTS hay dos modalidades: las de plataformas grandes para varios países y la plataforma más pequeña, diseñados para un país”, explicó.
En ese sentido, el experto indicó que los satélites GEO HTS de plataformas pequeñas -diseñados para un país- cuestan actualmente menos de US$ 100 millones mientras que los satélites GEO HTS de plataforma grande -para varios países- están por encima de los US$ 300 millones. La vida útil de esta tecnología es de 10 años.
Pero no es lo único que hay tomar en cuenta, ya que el contar con una satélite de comunicaciones demanda que el país tenga una posición orbital, que son lugares en el espacio en la que se pueda ubicar.
“Si bien el Perú tiene, no los tiene para las frecuencias que se necesitan que son de usos comercial”, dijo. A esta situación se añade el tiempo ya que diseñar y lanzar un satélite de comunicaciones pueda tomar hasta tres años. “No es un proyecto de un gobierno, por el contrario, puede tomar más de uno”.
Otro costo a tomar en cuenta es que se va a necesitar la implementación de una plataforma terrestre (estación central) que son los equipos en tierra que se comunican con el satélite y las estaciones remotas para brindar el servicio. Esta infraestructura terrestre también tiene un valor así como su operación y mantenimiento.
“Este costo final dependerá de cuántas terminales se quieran conectar y la cantidad de equipos que se van a instalar. A lo que se añade otro factor clave, que la operación y mantenimiento no lo podría hacer el Estado porque son equipos especializados e incluso se podría requerir dos centros de control independientes así personal capacitado”, acotó.
Un satélite GEO HTS de plataforma pequeña o grande tiene una capacidad de tráfico de datos entre 8 a 10 gigabytes por segundo. “Con un solo satélite de 8 a 10 gigabytes por su segundo no se va a poder cerrar la brecha digital, se va a necesitar más de un satélite. Por ejemplo, si se brinda una velocidad de 20 Mbps se podrá llegar a 4,000 colegios. Todo depende de la velocidad que ve a ofrecer”.
Cerca de 50,000 localidades al interior del país todavía no cuenta con servicios de telecomunicaciones. “Para brindar el servicio a 20,000 localidades por ejemplo se necesitarían cinco satélites”.
Finalmente estimó que costo de equipamiento para -por ejemplo- brindar el servicio a 4,000 colegios podría demandar un costo cercano a los US$ 150 millones, que implica el costo del satélite más la implementación del equipo terrestre y los enlaces remotos. A este monto se le añade US$ 15 millones anuales por el servicio de operación y mantenimiento.
¿Cuánto gastaron los demás países de la región? A Venezuela la compra de su satélite el 2008 le demandó US$ 400 millones. Bolivia, en cambio, gastó el 2013 cerca de US$ 300 millones mientras que Argentina, el 2014, US$ 280 millones y Brasil, el 2016, US$ 550 millones.
-Estudio-
Un estudio realizado sobre el gasto del Estado en Telecomunicaciones reveló que 45 instituciones del Estado pagaron el 2020 cerca de US$ 21.7 millones en contratar servicios de comunicaciones satelitales de manera independiente.
Mientras que el 2021 por el proyecto Conecta Selva contratado por Pronatel para 1,316 entidades públicas (que implica la contratación de servicio de internet satelital) se pagó US$ 11.6 millones. Lo que implica -explicó Carlos Caballero, autor del estudio y exgerente de Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (Conida)- un gasto total de US$ 33.3 millones.
“En el mercado, el costo de un satélite es desde US$ 180 millones. En este precio hay cuatro componentes: satélite, su lanzamiento, el seguro y la infraestructura terrestre. Si mantenemos el gasto anual revelado por el estudio, en 15 años se habrá gastado en servicio de telecomunicaciones US$ 500 millones”, comentó.
El especialista consideró que para tomar una decisión de adquirir un satélite se necesita un estudio, así como datos concretos e incluso opciones. Una de ellas podría ser -por ejemplo- que las instituciones del Estado realicen una compra conjunta para el servicio de internet satelital o contratar el servicio con un proveedor privado satelital a 15 años para que brinde el servicio de forma consolidada.
-Nota-
- Perú compró el satélite submétrico de observación terrestre “Asrosat-300″ por US$ 213 millones, que incluyó el sistema satelital y la estación de control en tierra, así como la transferencia tecnológica y lo seguros. Este satélite empezó a operar el 2016.
- ¿Para qué sirve? Caballero detalló que es de observación de la tierra, no es de comunicaciones. “Es como una cámara digital que desde el espacio toma fotos de la tierra y esas fotos sirven para hacer estudios y previsiones ante riesgos de desastres”.
- Cuando se compró se dijo que sería usada para “múltiples tareas” desde temas de seguridad nacional y lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, hasta el seguimiento de fenómenos climáticos y naturales.
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