La inclusión financiera es uno de los indicadores que suma al desarrollo del país, pues favorece a la población respecto a su productividad, ahorros e ingresos. Este indicador, según Juan Carlos Chong, jefe del Departamento de Educación e Inclusión Financiera de la SBS, se mide bajo tres criterios, acceso, uso y calidad.
Acceso
En cuanto al acceso en el Perú, los puntos de atención que ofrecen servicios financieros se han duplicado entre el 2015 y el 2020, pasando de 119,754 a 241,965 puntos. Esto se condice con que el 98% de la población tiene acceso a estos servicios, y el 65% de los distritos cuenta con por lo menos un tipo de los puntos de atención (oficina, ATM y cajero corresponsal)
Esto es principalmente explicado por el aumento en cajeros corresponsales, los cuales pasaron de 88,121 en el 2015 a 206,452 en el 2020.
“Es un tema que ha tenido éxito no solo en el Perú, sino en el mundo. El cajero corresponsal, en contraste a la oficina, tiene un mayor nivel de tolerancia por la cercanía y factor emocional, pues las personas tienen mayor afinidad con su par que atiende en la bodega. Se ha podido vincular a sectores más alejados y pobres del país”, señaló.
Uso
En cuanto al uso, en base a cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), alrededor de un 42% de los peruanos con edad de tener cuenta en el sistema financiero, la tiene.
“En el 2015 el porcentaje era de 33%, se ha mejorado, pero aún estamos rezagados en comparación a los países de la región”, indicó Chong.
Entre otros aspectos a resaltar, al 2020, el 44% de los hombres poseen una cuenta en el sistema financiero y, en el caso de las mujeres, el porcentaje es dl 42%. En el 2015, los porcentajes eran de 33% y 31%, respectivamente.
“En los distritos con menores recursos, las mujeres poseen un mayor porcentaje que los hombres. Esto se explica porque muchas de ellas están vinculadas a los programas sociales del Midis. Además, han habido esfuerzos a través de programas dirigidos a la bancarización de las mujeres”, manifestó.
En cuanto a las regiones, el crecimiento en la tenencia de cuenta no es similar, pues hay regiones como Lima que pasaron de 29% a 50%, del 2015 a 2020, y otras como Puno, Cusco y Ayacucho, que se mantuvieron en 28%, 30%, y 37%, respectivamente.
En relación a ello, María Laura Cuya, CEO de Innova-Funding y presidenta de la Asociación de Productos Financieros (Aprofin), mencionó que muchos de los servicios financieros que se ofrecen en Latinoamérica muchas veces no son simples.
“Muchas personas no entienden los servicios, los perciben como caros y no los usan. Hay mucho trabajo por hacer alrededor de la inclusión financiera”, señaló.
Calidad
Este criterio, según Chong, está relacionado directamente a la educación financiera, la cual, a su vez, contempla conocimientos, comportamiento y actitudes.
Respecto a conocimientos, referido a conceptos básicos, inflación, rentabilidad riesgo, tasa de interés, entre otros, en base a la Encuesta Nacional de Capacidades Financieras realizado por la SBS y CAF, el 37% de peruanos, para el 2019, tiene un conocimiento adecuado, el cual supera el 29% obtenido en el 2013.
Cuya, por su parte, señaló que gran parte de los peruanos son analfabetos financieros pues no conocen nociones básicas como el concepto de rentabilidad.
En cuanto al comportamiento, relacionado a la planificación financiera, el 44% de los peruanos, para el 2019 tuvo un comportamiento adecuado, siendo este porcentaje superior al 36% del 2013.
En el criterio de actitudes, el cual contempla las decisiones de ahorro y preferencia de las personas respecto al corto y largo plazo, hubo una reducción en el porcentaje de peruanos con actitudes acertadas, según la encuesta. Este pasó de 66% en el 2013 a 47% en el 2019.
“Manejar bien las finanzas personales ayuda a que la persona sea más responsable respecto al uso de sus productos. Las personas que tienen una planificación financiera tienen tendencia a ahorrar”, señaló Chong.
Perspectiva
Con miras al nuevo gobierno, indicó Chong, la agenda es continuar dirigiendo esfuerzos para impulsar la inclusión financiera,
Entre algunos de los objetivos se encuentra: generar confianza en más segmentos de la población, contar con una oferta de servicios financieros suficiente y adecuada, mejorar la infraestructura de telecomunicaciones, y fortalecer un mecanismo de articulación entre las entidades de los sectores público y privado en favor de la inclusión financiera.
“En el ranking del Microscopio Global 2020 elaborado anualmente por The Economist Intelligence Unit sobre entorno adecuado para la inclusión financiera, Perú y Colombia son líderes. Queremos que al 2030 sean un 75% de personas en el sistema financiero”, señaló.
En relación a ello, Cuya indicó que se necesitan servicios más simples y de calidad, es decir, servicios que respondan a la necesidad de la persona para que sean efectivamente usados.
Asimismo, señaló que el acceso a canales de atención, infraestructura tecnológica que reduzca la brecha geográfica, educación financiera, y la suma del sector privado son necesarias para la mejora de este indicador.
Además, los esfuerzos por difundir los beneficios de los productos y servicios financieros en general es parte del compromiso; es decir, no solo los tradicionales, sino otros como, por ejemplo, el factoring. Según Cuya, alrededor de 18,000 empresas han optado por esta opción en contraste de las más de dos millones de empresas formales en el Perú.
“Muchas de la zonas rurales no tienen una infraestructura tecnológica adecuada, lo cual afecta su conectividad, y por ende el que más personas tengan contacto con el sistema financiero. Por otro lado los esfuerzos por generar cultura y educación financiera son clave”, indicó.
En cuestiones específicas, señaló Cuya, existe un rezago por subsanar respecto al acceso a crédito por parte de las mipymes, pues en el mercado peruano, para el 2019, solo 5.5% de estas accedieron al sistema financiero. De este porcentaje, las pequeñas y microempresas representan el 49.4% y 41.5%, respectivamente.