La pandemia aceleró la puesta en marcha de muchos proyectos, entre ellos el que los principales exportadores de textiles tenían planeado: juntarse y elevar las ventas al mercado norteamericano haciendo frente a la competencia de Asia y Centroamérica. Para ello la sostenibilidad y la calidad son la base de su estrategia.
¿Cómo se generó esta iniciativa?
La Asociación de Exportadores Perú Textiles nace con la unión de las 10 principales empresas del sector exportador y lo que se busca es reactivar el sector a través de una estrategia competitiva de diferenciación para hacer frente al Asia y Centroamérica, que es la sostenibilidad. Estamos en camino de volvernos el sector textil más sostenible a nivel mundial.
¿Desde cuándo se planeó?
Era una iniciativa que la habíamos planeado hace un tiempo, pero se aceleró por la pandemia, y nos estamos adecuando a lo que el mercado está solicitando, que es tener un impacto positivo desde el punto de vista de sostenibilidad, y buscar la reactivación del sector.
¿Cuáles son las nuevas apuestas que van a buscar?
Se están evaluando futuras inversiones que podamos hacer como gremio, como una planta de polyester que ayudaría a mejorar nuestra competitividad en el mercado internacional, como también con el algodón. Somos conocidos en el exterior como un proveedor algodonero, pero también tenemos ventajas competitivas y arancelarias para ser proveedores de fibras artificiales como el polyester y el nylon.
¿Por qué elegir el polyester?
El polyester viene creciendo al año un 10% y el algodón decrece 1% de manera anual. Hoy, el mercado de Estados Unidos, que es nuestro foco, compra más prendas de polyester que de algodón, lo que no ocurría hace 15 años, y las ventajas tributarias que tenemos frente al algodón son mayores. Para ingresar al mercado de Estados Unidos, el asiático tiene que pagar 19% en algodón y 32% en polyester, nosotros somos “duty free” y no pagamos nada. Por ende, hay una mayor ventaja.
¿Es también por un menor costo?
Lo que pasa es que al consumidor le gusta más. El polyester se ha desarrollado mucho porque la gente lo usa más que el algodón. Hay mucha mezcla, como el polycotton, o uso de polyester reciclado. Es una materia prima que nos ayudará a crecer como sector.
¿Se buscará un terreno para la planta?
La idea es que se cree la planta en algún espacio dentro de las plantas de las empresas que integran este gremio. En el 2021 estaremos definiendo el avance en este proyecto, y el tener los nuevos clientes y contratos será en el primer semestre del próximo año.
¿Y qué papel juega el algodón?
Dentro del algodón, las dos principales hilanderías de algodón forman parte de nuestro gremio porque es un clúster, y una parte estratégica son los proveedores para poder dar crecimiento al sector. Queremos generar una integración vertical que asegure el abastecimiento, y estamos indagando un proyecto para seguir llenando la canasta de otros productos.
¿Cómo saber el potencial que alcanzarán?
Con el Ministerio de Comercio Exterior, el gremio trabajó con la consultora McKinsey para desarrollar un análisis y línea base del sector. Fue una inversión conjunta y con ello podemos desarrollar los objetivos y estrategias. Hoy estamos en la etapa de implementación para alcanzar el crecimiento que estamos esperando. Queremos posicionar el “made in Perú”. En calidad somos reconocidos mundialmente, pero somos un sector deficitario en cuanto a costos. Por eso buscamos la calidad con sostenibilidad, bajo la meta de duplicar nuestras exportaciones en los próximos tres años.
¿Y Europa también les interesa?
Tenemos más ventajas competitivas con el mercado americano, en tiempos de abastecimiento frente a los asiáticos y en tratados de libre comercio. Nuestro foco es América en general, con fuerza en Estados Unidos, todo ello en un 80%, y un 20% sería Europa.
Hoy no representamos ni el 1% de la importación de Estados Unidos, y buscamos llegar al 3.8% en cinco años. Esto implica alcanzar los US$ 2,100 millones en ese periodo.
¿Hacia qué marcas apuntan?
Nuestro plan es que, en el corto plazo, apuntemos hacia maquila para Estados Unidos (algodón / tejido de punto); en el mediano plazo con private labels, sintéticos, marcas propias; y en el largo plazo, planeamos un Centro de Innovación y Desarrollo, compras y producción conjunta.
¿Qué papel juega la marca Perú Textiles?
Trabajamos con Promperú para el desarrollo de la marca Perú Textiles de manera internacional, que es el paraguas de todas las fábricas. Queremos afianzar el “made in Perú” a través de Perú Textiles, y que el consumidor entienda la historia legendaria de las prendas que vienen del país.
La pandemia ¿impactará de alguna manera en estos planes?
El covid-19 afectó la oferta al estar dos meses sin producir; una segunda ola se está notando con stand by en pedidos de órdenes, pero ha ayudado el desarrollo del canal online, que para algunas marcas es el 80% de las ventas. También hemos visto que el presupuesto que antes se destinaba para comer en la calle o entretenimiento lo han destinado para compra de ropa.
Integrantes
La Asociación de Exportadores Perú Textil está integrada por Textil Del Valle, Industrias Nettalco, Creditex, Topitop, Cofaco, CMT del Sur, WTS/TSC, Textimax, Cotton Knit y Filasur. Esperan que en próximos 12 meses se alcancen unos 30 integrantes.
Los cinco pilares para posicionar al sector como sostenible
Entre los objetivos comunes para posicionar al sector como el más sostenible, está maximizar el uso de energías renovables, que se obtiene con la inversión en parques de paneles solares para la generación de suministro energético y certificar a las fábricas textiles en eficiencia energética.
Otro aspecto es reducir la huella hídrica, que se logra certificando el uso eficiente y responsable del agua. “También vamos a comprar bonos de carbono para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Juan José Córdova.
Se suscribirá un Acuerdo de Producción Limpia con el Estado que generará un compromiso de ir hacia una economía textil circular. El otro aspecto será certificar como Fair Trade el algodón, procesos de costura y fábricas de producción, asegurando salarios y condiciones laborales justas.