Desde abril del 2018, el salario mínimo está fijado en S/ 930, tras aprobarse entonces un aumento de 9.41 % en el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski. (Foto: Difusión)
Desde abril del 2018, el salario mínimo está fijado en S/ 930, tras aprobarse entonces un aumento de 9.41 % en el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski. (Foto: Difusión)

La subida del salario mínimo anunciada por el presidente, será de carácter temporal a través de una subvención estatal, pero el ministro de Economía, , confirmó que el objetivo del Gobierno peruano es evaluar un aumento definitivo.

Pese a que en el discurso donde hizo balance de sus primeros cien días en el poder Castillo dijo que, “a partir de diciembre, ningún trabajador formal ganará menos de S/ 1,000 mensuales”, luego en redes sociales matizó que no se trataba de un incremento del salario mínimo al uso.

“Se les pagará un subsidio de S/ 70, aumentado así temporalmente el sueldo mínimo que perciben”, precisó Castillo.

Desde abril del 2018, el salario mínimo está fijado en S/ 930, tras aprobarse entonces un aumento de 9.41 % en el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.

Al respecto, el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, aseguró este jueves que el aumento del salario mínimo está bajo análisis.

“Seguramente corresponderá trabajarlo en los próximos meses. No se sube este sueldo mínimo hace ya un buen tiempo y hemos tenido una inflación que ha reducido la capacidad adquisitiva. El sueldo mínimo vital es ahora bastante más bajo que cuando se estableció ese nivel”, comentó Francke.

En lo que va del año 2021, la inflación en Perú supera el 5% y es la más alta de los últimos 12 años, con el consecuente incremento de precios en algunos productos de primera necesidad,

Asimismo, la depreciación acumulada del sol respecto al dólar en los últimos tres años y medio ha hecho que se reduzca el valor en dólares del sueldo mínimo en Perú, que en el 2018 era de US$ 275 y ahora es de US$ 250.

Cualquier incremento en la remuneración mínima vital beneficiaría a un reducido porcentaje de trabajadores, ya que Perú presenta una informalidad laboral de 70% aproximadamente, lo que supone un gran volumen de economía sumergida de la que el Estado no percibe impuestos.