El reforzamiento de las instituciones es una condición para que avance en la senda de la competitividad, según un informe presentado por el Foro Económico Mundial (FEM), que abarca 140 economías que representan el 9 % del producto bruto mundial.


El informe contiene un ránking que sitúa a todas esas economías en función de sus resultados en 98 indicadores, que a su vez se organizan en cuatro grandes categorías: entorno propicio para la competitividad, capital humano, mercados y ecosistema de innovación.


Estos son evaluados de acuerdo con una escala que va de 0 (peor) a 100 (mejor).


El funcionamiento de las instituciones es considerado un elemento que puede o no propiciar la competitividad, y en ese capítulo la escala promedio de la región latinoamericana es aproximadamente la misma que la de África subsahariana.


"En muchos países, el alto nivel de corrupción que se percibe revela un factor importante que afecta a la solidez de las instituciones", señala el informe.


Dentro de la misma categoría la seguridad aparece como otro tema de preocupación, con países latinoamericanos que aparecen como algunos de los menos seguros del mundo, entre los cuales se citan los casos de El Salvador, Honduras y Venezuela.


Los analistas del FEM señalan que con ocho países con elecciones presidenciales entre el pasado noviembre y diciembre próximo todavía no está claro si los cambios de gobierno abrirán nuevas oportunidades o, por el contrario, generarán nuevos desafíos en los próximos años.


Otras brechas importantes de competitividad que el informe identifica en Latinoamérica tienen que ver con la incorporación de las nuevas tecnologías y la capacidad de innovación.


Uruguay es presentado como un ejemplo que destaca por ser el país de Latinoamérica con el mayor nivel de apropiación de tecnologías de la información y de las comunicaciones, a niveles comparables a los de Suiza o Taiwán.


Lamentablemente, indica el informe, eso no se refleja en una mayor innovación.


En el ranking de países según su nivel de competitividad, Chile lidera la región de Latinoamérica y el Caribe al ubicarse en el puesto 36, diez puestos por delante de los dos siguientes: México (46) y Uruguay (53), mientras que Venezuela y Haití cierran el grupo.


En esta clasificación, Estados Unidos ostenta el primer lugar a nivel mundial y su economía se presenta así como "el ideal de competitividad", seguida de Singapur, Alemania, Suiza y Japón en los cinco primeros lugares.


"Diez años después de la crisis la economía se ha recuperado, pero hay una fragilidad que persiste", dijo en la presentación del informe el investigador del FEM y uno de los autores principales, Thierry Geiser.


Esa fragilidad no necesariamente yace en la economía, sino que puede expresarse a través de fenómenos como el extremismo y el populismo, agregó.


Desde una perspectiva general, el informe corrobora la fuerte relación que existe entre la competitividad y el nivel de ingresos de un país, así como el nivel de satisfacción de su población.


Asimismo, retrata cómo están cambiando los parámetros de la competitividad en una época de rápidos cambios inducidos por las nuevas tecnologías digitales.


Asimismo, el análisis ha confirmado que "la igualdad y la inclusión no se logran a través de la competitividad, sino con otras políticas", comentó Geiser.


Por ello se defiende la necesidad de políticas redistributivas y de protección, de invertir en el capital humano (salud y educación, principalmente) y de privilegiar políticas fiscales progresivas, "lo cual no tiene por qué comprometer los niveles de competitividad de una economía".


"La tecnología no es un remedio milagroso. Los países deben invertir en su gente y en las instituciones para poder recibir los beneficios de la tecnología", señaló una directiva del FEM, Saadia Zahidi.