Los resultados de las exportaciones no minero energéticas, según la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú), sumaron US$ 6,990 millones, entre enero y abril del 2022.
La entidad del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) reportó que esta segmentación, que contempla exportaciones como las de agricultura, pesca, manufactura y servicios, ha tenido un desempeño mayor en marzo (US$ 1,885 millones).
No obstante, en abril mostró un menor desempeño, alejado de los tres meses previos (US$ 1,478 millones).
Proyecciones
La exportación de bienes experimentaría un crecimiento de 2.6% como resultado del buen desempeño del sector no minero energético que presentará un aumento de 24.5% al cierre del presente año, señaló Promperú.
Prevé que el crecimiento inclusive podría ser de 26.1%. No obstante, también se podría tener un avance menor (22.7%) en un escenario pesimista.
Las exportaciones del sector Agro crecieron 32.6% durante el primer trimestre del 2022 con respecto al mismo periodo del 2021.
Se prevé que estas cierren el año con un aumento de 23.8% en un escenario conservador. Por otro lado, en uno más optimista, el avance podría ser de 25%, según Promperú.
En cuanto al sector Pesquero, sus exportaciones crecieron 8.2% durante el primer trimestre del 2022, y se prevé que el 2022 termine con un aumento de 16.6%, el cual podría ser de 19.8% en un escenario optimista, y de 12.9% considerando un entorno pesimista.
Por su parte, las exportaciones Textiles, según Promperú, crecieron 32.3% en los primeros tres meses del año. Al cierre del 2022, se proyecta un avance de 22.1%, con respecto al 2021.
Las proyecciones, están en una banda de 18.7% y 25.2%, según los escenarios que contempla la entidad.
En el mismo sentido, las exportaciones del Sector Manufacturas Diversas crecieron 37.7% durante el primer trimestre del 2022. Hacia fines de año se proyecta un avance de 24% de manera conservadora.
En el tramo optimista, el crecimiento sería de 25.5%, mientras que en el pesimista sería de 22.4%.
En cuanto a los envíos del sector Servicios, estos crecieron en 61.2% en los primeros tres meses del presente año con respecto al mismo periodo del año previo.
Promperú estima crecimientos anuales de 66%, 84.9% y de 42.3%, en el caso conservador, optimista y pesimista, respectivamente.
Perspectivas y desafíos
Victor Salvatierra, especialista y consultor de negocios internacionales, indicó que en el corto plazo los desafíos para las exportaciones no tradicionales peruanas están relacionados a la inflación, y una posible menor actividad económica, en un marco de temores de recesión en Estados Unidos, y la no resolución de la guerra de Rusia en Ucrania.
Asimismo, destacó que la incertidumbre alrededor de China y su política de confinamientos, puede seguir encareciendo la dinámica de fletes, lo que impacta en las actividades comerciales con el exterior.
Cabe indicar que, según el Banco Central de Reserva (BCR), el mayor impacto sobre la cadena de suministros responde a las medidas adoptadas en China a para controlar el COVID-19 (en particular en las ciudades de Shanghái y Pekín), lo que significó el cierre de una serie de actividades industriales y portuarias. Esta evolución se refleja en el indicador de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, construido a partir de los costos de transporte marítimo y aéreo.
“El comercio de bienes ha sufrido cierta desaceleración, impulsado principalmente por el conflicto de Rusia. Ahora hay temores con lo que pueda pasar en la economía global. Esto perjudica algunos productos, sobre todo los de menor valor agregado. Asimismo, ante la inflación a nivel mundial, una de las consecuencias más conocidas es la reducción del poder de compra. Para nuestros exportadores es posible que las órdenes se vean retrasadas o canceladas”, manifestó.
Agregó que debe haber una diversificación en cuanto al mercado de destino para poder repartir el riesgo. “La mayoría apunta a Estados Unidos y Europa, y se dejan muchos mercados importantes dentro de la región como Chile, Brasil o Colombia”, indicó.
Como desafíos hacia el mediano y largo plazo, Salvatierra indicó que el principal involucra un impulso a las mypes (micro y pequeñas empresas), las cuales son el 97% de las empresas exportadoras en Perú, pero que, a pesar de ello, solo representan alrededor del 5% del valor exportado.
“Perú debe estar interesado en potenciar la producción de los productos no tradicionales, pues estos son generadores de puestos de trabajo. Por ejemplo, en la exportación de una conserva de esparrago, interviene el que la realiza el envío, transporta, etiqueta, logística, cadena de frio y un largo etcétera. Son muchos los agentes que intervienen. Siendo las mypes las protagonistas de estas exportaciones, es clave potenciarlas para mejorar su desempeño y crear empleo”, indicó.
En ese sentido, manifestó que parte del trabajo debe estar vinculado a la digitalización de los procesos de las mypes e incluir sus actividades en un marco de sostenibilidad ambiental.
“Aquellas que exportan, en este caso las mypes peruanas, tienen nuevas exigencias que están alienadas a la digitalización de sus operaciones para poder agilizarlas, de no ser así, pierden competitividad y quedan fuera del mercado. Además, muchos de los procesos vinculados a la exportación han sido digitalizados. Asimismo, una tendencia valorada a nivel mundial es la sostenibilidad en las operaciones, el cual es un criterio que puede ser clave para que finalmente se realice la compra. Hay un margen de mejora en estos puntos”, anotó.
Destacó que la poca diversificación productiva es un punto también a considerar en el caso peruano. “Hay un problema cuando se apuesta solo a un producto, pues el riesgo es claramente mayor en escenarios de precios volátiles”, advirtió.